Premio al sucesor

Llegar y besar el santo. No es que Pablo Isla sea nuevo en Inditex, en cuyo consejo de administración se sienta desde hace seis años, pero su salto a la presidencia en sustitución de Amancio Ortega no ha podido ser más sonado. El ejecutivo ha sido premiado con 221.264 acciones de la compañía que han sido valoradas en cerca de 13,7 millones de euros a precio de mercado. El incentivo sitúa a Isla a la cabeza de los directivos mejor pagados de España, por encima de nombres como Alfredo Sáenz (Banco Santander) o César Alierta (Telefónica).

Pablo Isla Álvarez de Tejera (Madrid, 1964) es un abogado con una brillante carrera en el mundo empresarial que ha sido elegido para desempeñar una delicada misión: sustituir a Amancio Ortega al frente de Inditex, la mayor firma textil del mundo. No debe ser fácil reemplazar al fundador de la más exitosa de las empresas españolas, así que la compañía ha decidido otorgarle este jugoso incentivo en atención a «la trascendencia de la posición que asume». Fuentes empresariales aseguran que esa clase de bonus son relativamente comunes, en la medida en que establecen un vínculo accionarial entre el directivo y la firma. «A los accionistas siempre les tranquiliza que el máximo responsable tenga tanto interés como ellos en que se revaloricen los títulos», explican.

Las 221.264 acciones que recibirá Isla se suman a las 139.800 que tiene ya en propiedad, valoradas en otros 8,6 millones de euros. El próximo presidente de Inditex (asumirá el cargo este verano) acumulará por tanto 361.064 títulos, es decir, unos 22,3 millones de euros, el 0,058% del capital total. Nada que ver con el 60% que controla Amancio Ortega a través de las sociedades patrimoniales Gartler y Partler, y que le hacen ostentar el título del hombre más rico de España, con una fortuna que la revista 'Forbes' estima en 21.000 millones de euros.

Un 10% más de beneficio

Tantas y tan estratosféricas cifras invitan a perder el contacto con el mundo de lo real, así que intentaremos regresar a lo tangible. Y lo tangible en este caso es que Isla tomará las riendas de Inditex bajo la directa supervisión del 'patrón', que a pesar de dejar la presidencia seguirá teniendo un puesto en el consejo de administración. Se dice -Inditex jamás hace comentarios al respecto- que Amancio Ortega, que ha cumplido ya los 75 años, ha dejado todo atado y bien atado para que sea su hija Marta la que herede el imperio que fundó. La maniobra pasaría por que Isla timonee la compañía hasta que Marta, de 28 años, se foguee y adquiera la experiencia suficiente para asumir la responsabilidad. Isla, por tanto, haría las veces de puente entre la presidencia de Ortega y la de su hija.

La transición deja al abogado al frente del primer grupo textil del mundo. Isla, con un currículo deslumbrante (con 24 años era ya abogado del Estado), es un hombre muy bien visto en círculos empresariales y algunas quinielas le situaban al frente de la cartera de Economía en un hipotético gobierno del PP (ya fue director general de Patrimonio del Estado durante la presidencia de José María Aznar). Casado y padre de tres hijos, desempeñó cargos ejecutivos en el Banco Popular y Altadis hasta que fue fichado por Inditex en 2005. Su labor en la firma textil le valió el reconocimiento de la Asociación Española de Directivos, que le escogió ejecutivo del año en 2008.

Quienes le conocen dicen que es una persona afable y tímida que ha asumido sin aparente esfuerzo la filosofía de Inditex, una empresa que, a imagen y semejanza de su fundador, incorpora el gen de la discreción en su ADN. Se ha integrado sin problemas en La Coruña, donde ha fijado su residencia, y mantiene una buena relación con su 'patrón'. Es un hombre con inquietudes intelectuales que aprecia la buena poesía, gusta de Shakespeare y tiene debilidad por el cine. A Isla le toca ahora patronear uno de los buques de referencia de la economía española, uno de los muy pocos que mantienen el rumbo en un mar salpicado de naufragios. Ayer mismo se supo que Inditex había ganado 332 millones de euros en el primer trimestre fiscal, un 10% más que el año anterior. Sin duda una buena señal para la nueva singladura.