«El dinero siempre se adapta»

El miedo al cambio es un tema medular de 'El deseo de la corza' (Huerga & Fierro), novela en la que Teresa Maldonado traza un vivo fresco de la élite económica del último tercio del siglo XX. Es la primera de esta narradora y guionista que se propuso reconstruir desde el prisma de los más privilegiados un tiempo incierto y decisivo para nuestra historia reciente.

La protagoniza Mark Clayton. Es un neoyorquino de familia republicana que aterriza en el Madrid de los setenta con una mano delante y otra detrás. De la nada, ascenderá al núcleo del poder económico de aquella España tardofranquista que enfilaba la Transición sin saber que hallaría al doblar aquella esquina de la historia. A su través el lector penetra en un mundo cerrado y singular. Un ámbito exclusivo en el que se mueven hilos que conectan con el poder, se toman decisiones y manda el dinero que se mantendrá en las mismas manos. Un microcosmos social en el que la necesidad de tocar el poder se asemeja al deseo del cazador por cobrar su pieza, en este caso la corza.

Es un tiempo incierto en el que la frontera entre el fracaso y el éxito es una delgadísima línea y en el que un triunfo no garantiza el futuro. Una época insegura en la que la burguesía estudia a qué carta quedarse sin desdeñar la máxima de Lampedusa: «que todo cambie para que todo siga igual». «Es un retrato en clave costumbrista de la Transición» explica Maldonado, que posa su lupa literaria en un grupo poco tratado por nuestra literatura. «Se había escrito más sobre la gente de izquierda en ese momento crucial, pero casi nada de un grupo con una posición de privilegio que ve tambalearse con a muerte de Franco». Un colectivo que «se las ingenia para mantenerse a flote en el cambio de ciclo» y que «sin conservar todos sus privilegios, los mantuvo en buena medida». «El dinero y el poder siempre se adaptan y España en aquellas circunstancias no fue una excepción» asegura Maldonado. «No es raro ver como miembros de familias muy notables en el franquismo siguieron en puestos relevantes en la democracia. El dinero da poderosas herramientas y facilita esa adaptación» señala la escritora. Elude apellidar a unos personajes de los que ofrece «más claves sociológicas que políticas». Un grupo no tan homogéneo como se supone en el que «ni todos eran de derechas ni la derecha era tan cerril como se supone».

¿Es más efectivo contar una mudade piel social a través de alguienajeno? «Sí. Con distancia las cosas se ven de otro modo y sin complejos» justifica Maldonado la elección de Mark Clayton, a quien su condición de extranjero sin pasado abre puertas y facilita su escalada social en un grupo exclusivo y cerrado.

Monterias

Estamos en la crema de aquella España «clasista» de monterías, concesiones y monopolios a la sombra de un régimen que boquea. La que Berlanga contó en clave irónica en 'La escopeta Nacional' y que Maldonado narra en un registro más próximo a la serie británica 'Downton Abbey'. Lo hace mediante el advenedizo testigo de los cambios políticos y de la evolución del grupo social en el que e integra. Un suceso en una montería truncará su trayectoria de aparente éxito. Su vida privada se vendrá abajo mientras que la sociedad que le acogió traspasará indemne la frontera del nuevo siglo.

«Reflejo aquella aristocracia terrateniente, dueña de fincas heredadas de generación en generación, con privilegios otorgados por la dictadura, que ganó mucho dinero después de la guerra, que salvó algo más que los muebles y que supo mantenerlos» explica Maldonado sobre un mundo que se desmorona para unos y nace para otros a lo largo tres décadas cruciales en las que pasamos de la tele en blanco y negro y el seicientios al correo electrónico y el móvil.

Periodista cultural en distintos medios, Maldonado estudió dirección de cine y rodó el corto 'El crimen del Continental'. Coautra de 'Pedro Almodóvar, la otra España Cañí', ensayo pionero sobre el cine del manchego, firmó 'El campo en la obra de Cela'. Ha publicado el libro de relatos, 'Amor y coca-cola'.