Pasillo de un edificio de la calle Hospital de Mujeres donde todos los inquilinos son 'erasmus'. :: ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

Las «casas de locos» de los 'erasmus'

Tres edificios del centro están alquilados solo por estos universitarios y se convierten en improvisadas discotecas los fines de semanaAlgunos vecinos están hartos de las fiestas que organizan, aunque otros incluso los defienden

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Para algunos son «unos jóvenes que no paran de hacer ruido», que no les dejan dormir y que han convertido sus pisos en auténticas discotecas. Otros vecinos, en cambio, son más benévolos y entienden que sus fiestas son «normales» y que en el fondo, son buenos chicos.

Sin embargo, a nadie se le escapa que la convivencia entre los vecinos y los estudiantes universitarios con becas 'Erasmus' no siempre es fácil en la ciudad de Cádiz, en cuyo casco histórico hay al menos tres edificios alquilados en exclusiva a estos jóvenes universitarios, donde el ambiente de estudio se mezcla con la música y el jaleo los fines de semana.

Una famosa película francesa de 2002 que narraba la historia de estos estudiantes multinacionales en España llamaba a este tipo de pisos 'L'Auberge Espagnol' (el albergue español). Aunque en nuestro país el filme se rebautizó como 'Una casa de locos'. Quizá, el que tradujo el título fue alguna vez becado 'erasmus' y sabía lo que se cocía; o quizá vivía al lado de un edificio repleto de estudiantes y quiso desquitarse.

Los tres edificios 'erasmus' del centro de Cádiz bien podrían llamarse 'albergues españoles'. Aunque algunos de los vecinos de los aledaños, también los rebautizarían como 'casas de locos' los fines de semana, cuando los inquilinos organizan en ellos fiestas multitudinarias que llegan a congregan a un centenar de personas, tanto 'erasmus' como españoles.

En la puerta no hay carteles ni anuncios que indiquen que son 'albergues españoles', pero en las calles donde se sitúan los tres edificios -Hospital de Mujeres, Sagasta y Veedor- casi todo el mundo sabe cuál es el bloque de los jóvenes extranjeros, porque alguna vez han oído hablar de sus famosas fiestas o porque haya acudido la Policía Local a acallarlas.

Sin ir más lejos, la noche del pasado lunes, una de estas juergas en el antiguo Palacio de Veedor -donde conviven una quincena de estudiantes- acabó con cien personas desalojadas del edificio por la Policía Local. Dos horas después, como informó ayer LA VOZ, esos estudiantes fueron desalojados de nuevo de la cercana calle de Isabel La Católica, donde se había organizado un ruidoso botellón que acabó en un enfrentamiento con los vecinos.

«Hay una especie de mini residencia en el Palacio», explica José Rodríguez, un vecino de la calle Veedor que la medianoche del lunes llamó a la Policía ante el revuelo que se había montado enfrente de su casa. «Esto era una feria, con la música potentísima», recuerda, aunque sospecha que la fiesta no la organizaron los estudiantes, sino los propietarios del edificio.

«No es para tanto»

«Los viernes montan las fiestas, se toman cuatro copas y ponen la radio a toda voz...», explica por su parte Juan Ramírez, que vive a dos puertas del número 35 de la calle Hospital de Mujeres, otro de los 'albergues españoles'. Sin embargo, para él, la situación «no es para tanto»: «El año pasado era peor, cuando el edificio estaba ocupado solo por chicas y tuvo que venir la policía, porque se quejaron los vecinos de enfrente, pero este año no hay tantos problemas», afirma este vecino, testimonio de que no todos son quejas con los 'erasmus'

En el bloque de Hospital de Mujeres viven más de veinte jóvenes de todos los países. Bernard, un chico francés que estudia Educación Física es uno de ellos, y también le quita hierro a la historia: «Hay fiestas», admite «pero hemos tenido problemas solo dos veces, no más». Si bien, reconoce que en la última ocasión, hace tres semanas, los vecinos llegaron a tirarles huevos a las casas, como protesta.

«Nos ven un poco como jóvenes que solo hacemos fiesta, pero también estudiamos», reivindica por su parte Amelie, no la de Audrey Tautou, sino otra inquilina francesa de Hospital de Mujeres que ve en este tipo de residencias una oportunidad de «conocer las culturas de diferentes países sin moverse de Cádix».

El 'Sagastellón'

«Hay muchos italianos y franceses, de Eslovenia, marroquíes y algún español», relata Clemencine, otra francesa que vive muy cerca de allí: en el número 22 de la calle Sagasta, donde casualmente también hay 22 habitaciones ocupadas por estudiantes de diferentes nacionalidades.

La fiesta que se monta algunos sábados en este edificio es tan famosa entre los jóvenes estudiantes de la beca 'Erasmus' que tiene hasta nombre propio: le llaman el 'Sagastellón': es decir, el 'botellón' de 'Sagasta'. El evento se organiza desde hace varios años, aunque últimamente se convoca en 'Facebook' y a veces participa incluso con DJ que pincha la música en el patio victoriano del edificio.

Según Clemencine, que tiene una habitación en el bloque desde hace unos meses, «este año apenas hemos tenido problemas con los vecinos; se lo decimos antes de organizarla y normalmente a las 12 todo el mundo está fuera, pero no las hemos hecho tantas veces». Otros años, en cambio, «sí ha habido más problemas», reconoce esta joven francesa, aunque entonces ella no estaba.

Ayer, pocos vecinos de la zona quisieron contestar a las preguntas de LA VOZ, aunque en algunos locales reconocían que la música ha causado las quejas de algunos de ellos. Otros, en cambio, no dudan en defender a los estudiantes.

«Son buenos chicos y muy educados, se portan bien», les defiende por ejemplo, Ramón Velázquez, que tiene un bar pegado al edificio y que considera que a pesar de las fiestas y las quejas: «Normalmente están liados con los estudios».