José Luis Sampedro en la presentación de su libro. :: J. GUILLÉN / EFE
Sociedad

«Los que critican el 15-M son el ayer, ellos son el mañana»

José Luis Sampedro muestra su apoyo a los jóvenes indignados y crítica que Europa se haya convertido en «un casino de intereses»

MADRID. Actualizado: Guardar
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José Luis Sampedro no esconde su satisfacción por la juventud española que se echó a la calle para protestar por el mundo que las ha tocado vivir, por ser la generación más preparada de la historia pero sin trabajo y pedir que las cosas cambien. Muestran su enfado, como les dijo Stéphane Hessel en '¡Indignaos!' y que el profesor de Estructura Económica, prologó en su versión española. Sampedro, a sus 94 años, aplaude. «Estoy al lado del movimiento», indicó con fuerza. Y lanzó un aviso a navegantes: «Este movimiento no es algo transitorio o puntual, ya está hecha su construcción y a lo anterior no se puede volver. Es una clara manifestación de los jóvenes quieren un mundo mejor, que no quieren el capitalismo porque está debil».

El escritor y economista está convencido de que el sistema actual ha quebrado porque se han perdido los valores, tanto personales como institucionales. «En nuestro mundo solo queda un ideal: el dinero. Pero puede haber un desarrollo más equitativo, donde se pueda repartir la riqueza», clamó Sampedro. También cargó contra Europa, a la que calificó como «un casino de intereses» y en donde solo prima tener más. «Ha destruido todos sus valores y en la última década ha acabado con el derecho internacional. ¿Cómo se puede decir que el asesinato de Bin Laden es justicia?», se preguntó el escritor. «Hay cosas que no se pueden hacer, y no se puede ejecutar sin juicio. Y lo de Bin Laden fue un asesinato. Cuando una cultura destruye sus valores, uno se tiene que reconocer con este movimiento», afirmó de forma tajante el intelectual.

Y contra esta situación claman desde hace más de dos semanas los jóvenes españoles, que en estos días debaten qué hacer con los campamentos. Sampedro abogó por que llevasen una doble vida. Recordó a los cristianos que en la época romana ejercían de ciudadanos de día y profesaban su fe de noche. «Al final ya sabemos quién ganó. Si hay que vivir una doble vida, se vive. También lo hicimos muchos durante la dictadura franquista», recordó. Y para demostrar su convencimiento de que no hay vuelta atrás, afirmó que «los que critican el 15M son los de ayer, mientras que todos esos jóvenes son el mañana». En definitiva, porque es necesario cambiar un mundo que avanza con unos hombres actuales que no están «humanizados ni civilizados» al perder sus referentes culturales.

Entre dos mundos

Todos estos pensamientos y reflexiones los plasma Sampedro en 'Cuarteto para un solista' (Plaza & Janés), un libro que estuvo a punto de no terminar. «El año pasado se cayó y quiso dejarlo todo. Decía que le costaba mucho esfuerzo seguir con el libro», comentó su mujer, Olga Lucas, quien lo firma junto a su marido. Llevaba cinco años trabajando en esta obra y no tenía ganas de continuar con el grueso volumen, que comenzó con un nuevo libro de pensamiento pero que se fue torciendo. «Su ADN de novelista le lleva a novelar todos los ensayos, como hace con la vida», apuntó.

Lucas le pidió a Sampedro que si podía ver las cientos de páginas, retocar y darle forma. «El problema era que no se perdiera la esencia pero que llegase a todos los públicos. Era un papel casi de traductor», comentó la poetisa durante la presentación del libro. Sampedro protestó. Consideró que el papel de su mujer fue «más allá» al introducir un elemento fundamental en el texto: el viejo profesor. «Es como tocar el piano a cuatro manos. Ha aportado cosas que no el libro no estaría hecho», afirmó el autor de 'La sonrisa etrusca'. Y juntos le dieron forma a este viaje entre la realidad y el mundo onírico, donde un profesor decide apearse de este mundo tras el ataque a Irak en 2003, harto de las injusticas que le rodean. Interno en un sanatorio, el profesor recibe la visita de los cuatro elementos -tierra, agua, aire y fuego- con quienes conversa sobre el tiempo actual y viajará por la historia del mundo. Saldrán a relucir el papel de Europa, la economía de mercado, la sociedad de consumo o el eterno debate entre progreso, ciencia y fe.

Florecen en la novela los mitos, del que Sampedro es un confeso enamorado. Su relación comenzó en Aranjuez, donde vivió en los años treinta. Residía en una casa enfrente del parque del Príncipe, done habitan las estatuas de Apolo, Narciso o Hércules. Aprovechaba las tardes de verano para pasear entre ellas con sus amigos. De noche, las observaba desde la ventana. No podía faltar la vida, otra de sus pasiones. «Cuando yo me muera, que no falta mucho, desaparezco y acaba todo. Pero la vida es algo que se nos da y tenemos el derecho y la obligación de vivirla. Vivir es lo que hace la semilla del árbol, que tiene vida y crece», indicó con fuerza. «El que va por la vida sin tomar conciencia, ese no vive. Porque la vida no es la economía y no solo es desarrollo de la riqueza; es desarrollo hacia dentro de uno mismo, ahí está todo», remachó el veterano profesor antes de recibir una sonora ovación.