Cabaña intercambia saludos al entrar a la asamblea en la que se analizaron los resultados electorales. :: F. J.
CÁDIZ

Históricos socialistas firman una carta que pide responsabilidades por el 22M

Moral, Gregorio López, Hesle o Alvarado están entre los que exigen a sus dirigentes que asuman «el fracaso» por unos resultados «alarmantes»

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Resultará difícil descalificarles bajo acusación de que quieren quitar a los dirigentes actuales para ocupar sus sillones. Casi todos son militantes veteranos, históricos. Excepto alguna presencia joven, todos van más allá del medio siglo. Parece complicado achacarles ambiciones personales o institucionales. Como decían los abuelos, «tienen su vida hecha». Más bien, parecen émulos locales de Stéphane Hessel, el nonagenario autor de 'Indignáos', el artículo-libro que ha sido una de las mil mechas de la resurrección de la protesta pública ciudadana.

En este caso a escala local, el texto es una carta y el motivo de la llamada a la rebeldía cívica es la falta de autocrítica del PSOE local y provincial que ha recibido el revés electoral del pasado 22 de mayo como una consecuencia inevitable de la recesión económica. Estos veteranos exdirigentes del PSOE creen que es necesaria otra respuesta. Califican los resultados de «alarmantes» y exigen «un serio y profundo debate» en el partido.

Entre los firmantes aparecen Gregorio López Martínez (exconcejal por Cádiz, exdelegado provincial de la Junta, exdiputado provincial, exgobernador civil de Córdoba y Huelva), Fermín Moral (primer aspirante socialista a alcalde que se midió a Teófila Martínez en 1995, exdirigente de EPSA), prestigiosos sindicalistas como Baldovinos Miguélez, reconocidos dirigentes vecinales como José Manuel Hesle y destacados cargos orgánicos e integrantes de distintas ejecutivas durante los últimos veinte años como Antonia Alvarado, Tatiana Sánchez Sierra o Francisco Blanco. Otros destacados militantes como Luis de la Torre, Carmen León, José Antonio Ríos, Juan Antonio Gómez, Gabino Paradés, Joaquín Torres, Manuel Torres Lapi y Carmen Holgado también firman la carta pública.

El tal Piniella, el tal Barra

En el escrito piden a los actuales líderes socialistas que se responsabilicen de este fracaso «en la misma medida en la que han asumido, como propios, éxitos del pasado». En defensa de Francisco Piniella y Rafael Barra, los primeros socialistas con trienios de compromiso que se atrevieron a criticar la falta de autoexigencia en público, los autores de la carta lamentan que los «militantes que han manifestado sus opiniones con claridad y responsabilidad» hayan recibido respuestas «miopes, descorazonadoras y hasta insultantes».

Mencionan expresamente la que recibió el exconcejal, excandidato a secretario general local e invitado al último Congreso Regional, Francisco Piniella, al que el máximo responsable provincial socialista se refirió como «una tal Piniella» para descalificar su exigencia de una gestora que se hiciera cargo del partido. También dan la cara por Rafael Barra y critican que el mismo González Cabaña le recordase al presidente de la Autoridad Portuaria que se «ha jugado el cuello defendiéndolo como exigencia de adhesión inquebrantable». «Exigir fidelidad en pago de viejos favores refleja un concepto de la política más cercano a la solidaridad con el clan que a la defensa de los criterios de capacidad y mérito», añaden los firmantes. Igualmente, piden que su partido no incorpore «prácticas de la derecha española» como la «pena de titular» y recuerdan que la «defensa de un gestor público ha de asentarse en su valía, capacidad y solvencia, en la eficiencia de su trabajo, y no en la fidelidad a sus mentores, aún a costa de su independencia de criterio y su libertad para expresarlo».

Este grupo de militantes históricos asegura que los resultados electorales del pasado domingo 22 de mayo «son elocuentes y la respuesta política debe serlo también». Ante las justificaciones de la dirección socialista, defienden que «el origen del desapego de los votantes hay que buscarlo no solo en el desempleo, también en los comportamientos de nuestros dirigentes, que parecen haber perdido cercanía, la proximidad con un cuerpo social que no se siente representado adecuadamente».