Economia

Fiesta, malestar y república en Valencia

VALENCIA. Actualizado: Guardar
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La elección de Valencia como sede para celebrar el Día del Trabajo de 2011 sorprendió a todos. Los sindicatos alegan que de esta forma trataban de simbolizar la realidad de una España descentralizada y, de paso, cumplían con una demanda histórica de sus federaciones territoriales. Pero un acto de estas características a tres semanas de las elecciones municipales y autonómicas siempre es observado en clave política.

La decisión de las centrales molestó en un feudo típicamente popular y es que sabían que gran parte de las protestas iban a estar dirigidas a la Generalitat. «¿A qué vienen? ¿A salvar la cara de su amigo Zapatero y a decir que Camps tiene la culpa de la crisis?», criticó José Luis, un votante del PP, que se encontró con la manifestación al salir de su casa. Cándido Méndez no quiso obviar donde se encontraba y denunció que el PP no puede alardear de su gestión al frente de la Comunidad Valenciana, ya que su tasa de desempleo se encuentra tres puntos por encima de la media estatal.

Pero el foco del mayor número de críticas fue la gestión social y económica del Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero. Pese a ello, también se pudo ver en la marcha a numerosos miembros del PSOE valenciano.

La manifestación tuvo un tinte republicano. Las banderas tricolores y el himno de Riego con dulzaina y tabal fueron una constante durante toda la marcha. Tampoco faltaron las ya habituales 'batucadas'. Y es que la música sonó durante todo el recorrido y apenas se oyeron proclamas. Cuando llegó el momento de los discursos, se empezaron a oír algunos gritos y muchos de ellos fueron contra los propios sindicatos. Se esperaba a una contramanifestación, pero esta sorprendió por la izquierda. Varios miembros de sindicatos anarquistas y jóvenes comunistas abuchearon a los secretarios generales de ambas organizaciones.