Economia

VIRGENCITA, VIRGENCITA

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Si leen las declaraciones del gobernador del Banco Central Europeo, en su estricta literalidad, comprobarán que ha dicho una perogrullada de tamaño natural. En efecto, solo nos dijo que, a la vista de la evolución de los precios y en especial los de la energía, «la subida de tipos es posible, aunque no es segura». Claro, ya sabíamos que posible lo es siempre y segura solo cuando se ha producido. Sucede que los Trichetólogos afirman que, cuando un gobernador recuerda la obviedad de que es posible una subida de los tipos, en realidad nos está diciendo que se producirá con toda seguridad.

Si es así, sería una malísima noticia para nosotros, un palo muy duro. Los precios de la energía, y algunos productos más, tensionan a los precios, así que el manual aconseja subir los tipos. Pero no es lo mismo para Alemania, cuya economía crece con fuerza, que para España, atascada en el barro de la crisis. Y tampoco es lo mismo aplicar esa dura terapia a una inflación originada por exceso de demanda -en donde es eficaz-, que a una de costes, en donde es poco menos que irrelevante. Y sus efectos son muy diferentes para un país razonablemente endeudado que para otro agobiado por las deudas.

La medida tan solo tiene una faceta positiva. Una eventual subida de los tipos fortalecería al euro y eso nos permitiría importar el petróleo, y lo demás, a precios más baratos, lo que contribuiría a moderar la inflación. Aunque, si lo piensan, también encarecería nuestras exportaciones, que resultarían más caras para nuestros clientes cuando tuviesen que adquirir los euros necesarios para pagarnos.

En resumen, ¿recuerdan el chiste? Pues eso, virgencita, virgencita, que nos quedemos como estamos. No creo que nos oiga.