«El PSOE gobierna con un programa distinto al que presentó»

Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras, se declara convencido de que la acción de los sindicatos en la negociación de las pensiones evitó graves daños en los derechos sociales y mejoró el retiro futuro de los ahora jóvenes. El sindicalista reprocha al Gobierno de Zapatero haber renunciado al programa electoral socialista y le recuerda que «los ciudadanos decidirán pronto».

-¿Está satisfecho de lo pactado en materia de pensiones?

-El acuerdo ha limitado los daños. La falta de pericia del Gobierno, los compromisos con el Ecofin y la presión del mundo del seguro conducían a medidas que supondrían un serio recorte. Quien estuvo en Bruselas sosteniendo la posición española no sabía lo que estaba ofreciendo. El pacto no es para echar cohetes, pero hemos salvado el sistema público al darle estabilidad para un periodo prolongado.

-¿Qué cambió en mes y medio, entre el llamamiento a la huelga general el 18 de diciembre y el acuerdo del 29 de enero?

-Una negociación es un juego de equilibrios. Sabiendo que la otra parte tiene que presentarse con la jubilación a los 67 años, hacemos un ejercicio de pragmatismo para reducir los daños colaterales. La mayoría de los asalariados se va a poder jubilar con 65 años.

-¿También los que ahora son jóvenes, que acceden al mercado laboral tarde y mal?

-El reconocimiento a efectos de cotización de los periodos formativos no sujetos a contrato laboral y el relativo al cuidado de los hijos surgen a propuesta sindical para paliar ese efecto. Con la reforma, los jóvenes tendrán menos problemas para alcanzar derechos máximos. Peor lo tienen ahora cuando se incorporan con 35 años a la Seguridad Social tras unas prácticas formativas no reconocidas. Eso se va a acabar.

-¿Abarcará a mucha gente la excepción de jubilarse a los 67 años por trabajos penosos?

-Hay un borrador con colectivos en dos líneas, por profesiones y actividades: gente que trabaja a la intemperie, profesionales del transporte pesado por carretera, personal sanitario que atiende a personas con serias discapacidades...

-¿Sirvió para algo la huelga general del pasado 29-S?

-Sin huelga general no estaríamos en este acuerdo. Cambió el Gobierno y, en parte, la orientación de las políticas del Ejecutivo.

-¿Pasará factura el acuerdo a los sindicatos?

-Hemos defendido los intereses de la inmensa mayoría de la población. Lo demás son cuentos, la afiliación a los sindicatos no se resiente y los resultados de las elecciones tampoco. Sobre la crítica a los sindicatos, pienso que hay un sustrato muy peligroso en este país. Se ataca a todas las instituciones democráticas únicamente por el hecho de serlo y por todo lo que representan.

-¿Cree que ha ayudado el nombramiento de Valeriano Gómez como ministro de Trabajo?

-Sin desmerecer la posición de cada una de las personas, yo no voy a ser quien crucifique a Celestino Corbacho después de que ya se ha ido. No es un problema de personas, ni de comunicación, sino de políticas. El Gobierno tenía y sigue teniendo un problema de fondo con las políticas que pone en marcha. Creo que ha influido más en el acuerdo el cambio de CEOE que el cambio en el ministerio de Trabajo.

-¿Con Díaz Ferrán hubiese sido posible el entendimiento?

-Con CEOE como estaba, inestable y con una crisis de dirección, estoy convencido de que no.

-Usted pidió elecciones generales. ¿Sigue apoyando esa postura?

-Establecí una cautela. Tenía dudas de si anticipar las elecciones, con un gobierno de tránsito, facilitaría sortear la crisis y la presión de los mercados financieros o si esta se acentuaría. Sigo afirmando que se está gobernando con un programa que no es con el que el PSOE se presentó a las elecciones. Pero, en breve, los ciudadanos tendrán la posibilidad de decir lo que piensan.

-¿Aceptarían los sindicatos desvincular los salarios del IPC?

-Tenemos un acuerdo que concluye en 2013 y un modelo de negociación salarial eficaz. Conciliar la mejora de la competitividad con los derechos de los trabajadores es posible mediante negociación que incluya la previsión de inflación así como el reparto de la productividad, con una cláusula de garantía salarial.

-¿Está descartada la supresión de la continuidad de los convenios en la reforma de la negociación colectiva? ¿Qué cambios potenciarán el empleo?

-Esperamos llegar a un acuerdo para mejorar las relaciones laborales, lo que sería imposible sin la ultraactividad. Tenemos que ganar flexibilidad interna, capacidad de organizar el trabajo mediante la corresponsabilidad de trabajadores y empresarios para ganar productividad. Así podríamos reducir temporalidad y despidos.

-¿Plantearon los sindicatos la opción energética nuclear?

-Intentaron utilizarnos para reabrir el debate. ¿A quién se le ocurre mezclar pensiones con energía nuclear? No se atreven a plantear las cosas abiertamente y buscan coartadas. El Gobierno debe actuar a pecho descubierto. La decisión del Parlamento de prolongar la vida de las centrales me parece un simple parche. Que se abra el debate, porque la sociedad se muestra muy contraria, mientras hay sectores muy proclives.

-¿Qué opina de la reforma de las cajas de ahorro?

-Nosotros defendemos el sistema dual financiero español. Sin las cajas, se llegaría a la exclusión financiera de la población menos pudiente. Los bancos, aprovechando resortes como el Ministerio de Economía o el Banco de España, mantienen una ofensiva para hacerse con la parte de negocio de las cajas. Pero estas no reparten dividendos y canalizan sus ganancias a través de la obra social, muy importante para el desarrollo de muchas zonas. Considero inaceptable esa discriminación en las exigencias entre cajas y bancos; es la antesala para la nacionalización de las pérdidas y la privatización de los beneficios cuando se saneen.