Grimau levanta el trofeo de campeones de Copa rodeado de sus compañeros de equipo. :: EFE
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El Barça, imposible para el Madrid

Con Navarro anulado por una gran defensa de Prigioni, el 'MVP' Anderson y Sada resultaron decisivos Los azulgrana revalidan un título que no se repetía para el campeón desde hace 23 años

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Barça es un rival imposible para el Real Madrid, aunque después de las últimas humillaciones sufridas por los blancos al menos hubo final durante tres cuartos. El Madrid no cayó por paliza, pero la superioridad azulgrana volvió a ser incontestable para revalidar un título que no se repetía para el campeón desde 1988, y sirve para igualar en el palmarés de Copa a los blancos, con 22 trofeos. El Madrid sigue sin ganar un torneo maldito que se le resiste desde hace ya 18 años. Fue, sin embargo, una derrota honrosa para lo que podía haber sido si el Barça hubiese estado más inspirado, aunque cuando los azulgrana tuvieron que resolver se pudo comprobar la tremenda diferencia psicológica y física ante un Madrid agarrotado y fundido.

La lógica se cumplió, porque la posibilidad de revancha para el Madrid se presentaba como una utopía frente a la máquina azulgrana. Lo que le ocurre al Real Madrid frente a su eterno rival no es solo un problema mental. La distancia entre uno y otro equipo es enorme. Con los precedentes -ya 10 derrotas en los últimos 11 duelos de Ettore Messina frente al Barça- el Madrid se bloquea siempre ante el conjunto azulgrana.

No se puede pensar en una gesta solo con Carlos Suárez y Tomic, cuando tienen que jugar más de 25 minutos frente a una apisonadora con efectivos a los que se puede dar descanso y que cuando aprieta te machaca sin piedad, como hizo a base de triples en los dos últimos períodos. Ahí se resolvió un choque bastante intenso y fluido. Ettore Messina exige competitividad a su equipo y esta vez por lo menos plantó cara durante media hora, pero el Madrid no consigue dar el salto y romper la racha negativa que ya es rutina.

Tiene tantísimo donde elegir el Barcelona que algun jugador siempre va a aparecer aunque a quienes se espera estén desaparecidos. Después de su excepcional partido en semifinales cuando iba camino del trofeo de jugador más valioso que se le resiste, Navarro -2 de 9 en tiros de campo, con un solo triple- fue anulado por Prigioni, y con Ricky lesionado con un esguince de tobillo al final del tercer cuarto, con 39-44, quienes resultaron decisivos fueron Víctor Sada, magistral en la dirección y en la brega (seis asistencias y seis rebotes para 20 de valoración) y Alan Anderson. El alero americano fue elegido 'MVP' (4 de 7 en tiros de 2 y 15 de valoración) y con un triple letal que puso fin a la desequilibrada batalla a siete minutos del final (45-55). Ahí murió definitivamente el Madrid, que pagó su sacrificio y llegó asfixiado al momento de la verdad. Dirigido por Sergio Rodríguez en un último cuarto en el que el Madrid se atascó, miedoso en ataque ya desde el tercer parcial, frente a una defensa insuperable.

Los triples le sepultan

El Barça que se estrelló desde el exterior en el primer tiempo (4 de 10 triples en 20 minutos) destrozó al Madrid tras el descanso. Ahí apareció Lorbek, con dos triples consecutivos que hicieron escaparse al Barcelona (37-44), después de que su fuerte defensa, el despliegue de Suárez y el juego interior de Tomic permitiesen incluso al Madrid ir en algún momento con ventaja. La última, al comienzo del tercer cuarto, con 32-30. Después llegó el lanzamiento exterior que le sepultó.

No pudo dar más de sí el Madrid, casi siempre a remolque y minimizado por el físico y la cabeza de los azulgrana. Su defensa se apagó, el Barça apretó con la suya cuando tuvo que ponerse serio, y puso la directa hacia el título. Navarro no metió su único triple hasta los 22 minutos, pero desde ese momento el Barça empezó a dispararse con un monumental Sada. Inmediatamente después llegaron los dos de Lorbek. Fueron tres triples consecutivos que acabaron con la moral del Madrid, que hasta ese momento opuso carácter y no quiso rendirse. Después hubo vía libre, con las penetraciones de Grimau y los triples de Anderson y Morris en un último cuarto con una máxima de 11 (47-58). Y con Fran Vázquez también gris y sin los lesionados Mickeal y Basile, a quien se le ofreció el trofeo. El Madrid se quiso mantener después con dignidad para evitar otro ridículo, porque era lo único que le quedaba.