Gobierno y sindicatos retoman con discreción el diálogo social

El Gobierno y los sindicatos retomarán, siempre con absoluta discreción, las conversaciones sobre el diálogo social en los próximos días. Estos encuentros no responden a un propósito improvisado de iniciar con buen pie el año nuevo, ya que se forjaron en la reunión que mantuvieron el 19 de diciembre el secretario general de UGT, Cándido Méndez; su homólogo en CC OO, Ignacio Fernández Toxo; el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el palacio de La Moncloa.

Allí se fijó la hoja de ruta que se seguirá en la inminente negociación. Los encuentros previstos girarán, así se decidió en la reunión de la Moncloa, en torno a tres asuntos principales: acercar posturas sobre la aplicación de la reforma de las pensiones, reconducir la negociación colectiva y suavizar la reforma del mercado del trabajo.

El acercamiento se presenta complicado. Y es que, antes de comenzar, la negociación ya tiene marcada una fecha límite: el 28 de enero. Ese día, el Ejecutivo aprobará mediante un proyecto de ley la reforma del sistema de pensiones y la más que posible prolongación de la vida laboral de los 65 a los 67 años. Además de ese ultimátum temporal, UGT y CC OO siguen molestos con el Gabinete de Rodríguez Zapatero y sus «políticas antisociales», medidas que se han tomado sin contar su opinión.

El Gobierno quiere evitar a toda costa la segunda huelga general en menos de seis meses, aunque los sindicatos han comprobado en sus últimas movilizaciones que su poder de convocatoria ha disminuido de forma considerable. Aun así, nadie ha descartado la idea lanzada por Fernández Toxo a mediados de diciembre de realizar un nuevo paro a finales de enero o comienzos de febrero, si no se corrigen los aspectos más lesivos de la reforma laboral y no se da marcha atrás en el retraso de la edad de jubilación.

Los sindicatos confían en que haya posibilidades de alcanzar un acuerdo en estos encuentros «extraoficiales y fuera de agenda», pero aseguran que sus límites «están bien claros». «Lo importante no son los encuentros puntuales, sino el proceso en conjunto», recalcaban ayer desde el departamento dirigido por el ministro Valeriano Gómez.