BOXING DAY

En los últimos años se ha establecido el oportunista debate sobre cuál es la mejor liga de fútbol del mundo, aprovechando el auge del fútbol español, gracias al impacto económico del boom inmobiliario, y rompiendo así el tradicional complejo de inferioridad que hemos arrastrado respecto a otros países europeos, especialmente Italia. Yo no tengo ningún tipo de duda. Si realmente te gusta el fútbol, tu elección debe ser la Premier League, la competición más señera, organizada y preocupada por el espectador. Inglaterra es mucho más profesional que España en la mayoría de los sentidos, por más que la Liga de nuestro país tenga dicha palabra como segundo apellido o tratemos este deporte como si de una religión se tratara.

Mientras aquí los principales protagonistas de este espectáculo son los jugadores, bien arropados por entrenadores, presidentes, árbitros y derivados, en el país anglosajón el que manda es el que paga. Por eso, entre otras cosas, mientras que usted y yo digerimos aún el atracón navideño, los ingleses se olvidan del pavo y disfrutan de quince días de locura futbolística con más de 70 partidos entre liga y copa.

Arsenal y Chelsea cerrarán esta noche la jornada navideña en Inglaterra después de vivir ayer un intenso Boxing Day, que no tiene nada que ver con el boxeo, sino con una tradición que se celebra desde 1888 y que determina que haya fútbol el día 26 porque es el día de San Esteban, día de diversión para los sirvientes y criados, que no podían celebrar el día de Navidad porque estaban trabajando para sus señores y aprovechaban el día siguiente para visitar a sus parientes con cajas (boxes en inglés) con las sobras del día 25 y para divertirse podían ir al fútbol, el deporte de los más desfavorecidos.

En Inglaterra hubo fútbol ayer, hay hoy y habrá mañana y pasado; y el día 1 de enero, el 2, el 4, el 5, el 8, el 9 y el 10. Las sobras, para los españoles, que tienen la mejor liga del mundo, con los jugadores que más cobran, pero no pueden verlos cuando están de vacaciones porque son señores que ni siquiera dejan 'boxes' a sus sirvientes.