Imagen del establecimiento Hipercor, tras el atentado, en 1987. :: EPA
ESPAÑA

González admite que habría matado a los etarras que volaron Hipercor

El ex presidente, sin embargo, se desliga de los GAL y asegura que nunca ordenó o permitió el asesinato de un terrorista

MADRID. Actualizado: Guardar
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El ex presidente del Gobierno Felipe González admite que «probablemente» hubiese matado a los etarras que en 1987 ejecutaron la masacre de Hipercor en Barcelona si hubiese estado en su mano hacer volar el coche-bomba de los terroristas mientras se dirigían al hipermercado en el que segaron la vida de 21 personas e hirieron a varias decenas más.

González, en una entrevista que publicará la revista 'Vanity Fair' en su número de enero, lanza esta reflexión que el mismo reconoce que alguien puede tildar de «escandalosa» y que alimentará la polémica que ya desató en noviembre, cuando en otra entrevista en El País confesó que en 1989 supo por una información en qué casa de Francia iba a mantener una reunión la cúpula de ETA y dudó si volar el inmueble, pero que al final no lo hizo por miedo a generar un conflicto con el país vecino.

El ex presidente señala que en el caso del 'comando Barcelona' se trata «sólo de una hipótesis», porque «nunca se dio esa posibilidad», pero que eso no evita que se pregunte «¿si pudiera haber impedido que esos tipos que iban en el coche-bomba a volar Hipercor lo hicieran, incluso volando el coche con los tipos dentro, lo hubiera hecho?». Él mismo se responde: «Pues probablemente sí». Justifica esta afirmación tan dura «desde la responsabilidad de un gobernante, que tiene la obligación prioritaria de defender la vida de sus conciudadanos», y añade que, «lo raro es que un dirigente político no se plantee la duda de qué hacer si puede evitar la muerte de centenares de conciudadanos destruyendo a un grupo terrorista».

De hecho, el ex presidente el Gobierno desvela que «conozco a dirigentes de todas las ideologías que, cuando no pueden detener a unos terroristas, no sólo tienen la tentación, sino la acción, de destruirlos para defender las vidas de sus conciudadanos». Según explica, «esto ocurre todos los días en la lucha contra el terrorismo internacional, en los ataques a grupos talibanes y de Al Qaeda en Afganistán».

Conciencia «tranquila»

González, no obstante, sí que aprovecha la entrevista de 'Vanity Fair' para desmentir a quienes quisieron ver en su afirmación sobre la cúpula de ETA de los años ochenta la confesión de que él era 'la X de los GAL', que era el inductor político de las asesinatos de miembros de la banda en la primera mitad de esa década, hechos por los que fueron condenados varios miembros y mandos de las fuerzas de seguridad del estado, tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional, y algunos altos cargos de sus gabinetes.

El ex jefe del Ejecutivo, pese a que reconoce que a veces tuvo dudas como con la cúpula etarra, afirma rotundo que «nunca, nunca decidí ni directa ni indirectamente mandar ejecutar o matar a una persona», terrorista o no. «Nunca, en ningún momento», insiste en la respuesta, al tiempo que desliga la «alarma» creada por sus «dudas morales» del hecho de tener la conciencia «muy tranquila».

González asegura que no le han perturbado «en absoluto» las lecturas interesadas que le colocaban de nuevo en la cúpula delictiva de los GAL, pero sí que describe como «ataques absolutamente abusivos» de la derecha las acusaciones lanzadas contra el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, a raíz de sus declaraciones. Indica que poco podía tener que ver Pérez Rubalcaba con estas acusaciones cuando en los años de vida de los GAL, la primera mitad de los años ochenta,el actual vicepresidente «ni siquiera formaba parte del Consejo de Ministros».

El ex presidente no quiso acabar sus matizaciones sobre los GAL sin lanzar una sospecha y atribuyó estos ataques a «una campaña basada en el rencor de alguna gente que no quiero nombrar, pero que sí pedía en su momento que se hicieran este tipo de cosas», en alusión al fomento de la guerra sucia contra ETA.