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Sociedad

Bruselas investiga el presunto 'juego sucio' de Google contra sus rivales

El gigante informático manipularía los resultados de las búsquedas para perjudicar a sus competidores

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El extremadamente lucrativo negocio de Google está en el punto de mira de la Comisión europea. Varias denuncias recibidas en la Dirección General de la Competencia apuntan que el gigante de la búsqueda en línea está abusando de su presunta posición dominante para perjudicar a empresas que, o bien le hacen la competencia a través de los servicios de búsqueda que prestan ellas mismas, o plantean alternativas a clientes potenciales que Google no alcanza a controlar.

La cosa, según las precisiones aportadas ayer por el Ejecutivo comunitario, funciona de la siguiente manera: cuando una persona introduce una referencia de búsqueda en la ventana de Google, obtiene dos géneros de resultados. Unos, denominados 'naturales', a los que la empresa denomina también 'orgánicos' o 'algorítmicos', son los que la base de datos de Google, permanentemente actualizada a través de sus motores de búsqueda por la red, ofrece inmediatamente al autor de la consulta. El célebre algoritmo desarrollado por los fundadores de Google hace que aquellos lugares más visitados aparezcan en primer lugar en la lista de resultados.

Pero Google ofrece también vínculos de otro género al que interroga sus bases de datos: son los enlaces de tipo publicitario que aparecen en la parte superior derecha de la página de resultados. Quienes quieren verse reflejados allí pagan a Google por ello.

El 'gancho' que el buscador ofrece para esta publicidad de pago es enorme, porque su destinatario es un cliente potencial para sus bienes o servicios, ya que éste busca en Internet referencias del género de las que el comercial está en condiciones de ofrecerle. Google no estaría siendo ecuánime en el tratamiento de la información que transita por sus servidores informáticos. Muy por el contrario, se sospecha que manipula la lista de resultados que presenta al cliente, poniendo en primer lugar sus sitios preferidos (los que le pagan) y relegando a los últimos lugares a la competencia, ya sea ésta directamente de Google o de quienes pagan para anunciarse a través de su portal.

Las denuncias recibidas por la Comisión apuntan también otras supuestas prácticas desleales de Google, como la degradación artificial del 'nivel de calidad' de otros servicios verticales de búsqueda por Internet que compiten con él. De ese nivel depende directamente el precio a pagar por un anuncio en un portal de búsqueda.

Además, la Comisión intenta comprobar la veracidad de ciertas informaciones, según las cuales Google estaría imponiendo cláusulas de exclusividad a sus socios publicitarios que les impiden anunciarse en otras páginas de la Red concurrentes con la de Google.

El Ejecutivo comunitario aclaraba ayer que la investigación abierta por sus servicios de la Competencia no prejuzga comportamiento doloso o ilegal alguno por parte de Google. Sin embargo, para los denunciantes, que se dicen perjudicados por las prácticas comerciales del buscador, los indicios de infracción son más que evidentes.

Google se defiende

Google negó ayer cualquier práctica de abuso de posición dominante e hizo pública su predisposición a colaborar con la Comisión europea «para abordar cualquier inquietud que tengan» en torno a la investigación abierta. Desde que se creó la compañía estadounidense, aseguró ésta en un comunicado, ha trabajado «concienzudamente» para hacer «lo mejor tanto para los usuarios como para la industria».

Según la empresa, se «garantiza» que los anuncios estén siempre «claramente marcados», haciendo «posible y fácil» que los usuarios pudieran llevarse sus datos consigo cuando cambiaran de servicios e «invirtiendo mucho» en proyectos de código abierto. En cualquier caso, aseguró que se encuentran «abiertos a cualquier recomendación» que les llegue desde la Comisión.