Miles de personas recorren Dublín, ayer, con pancartas contra los gobernantes y banqueros. :: EFE
Economia

Miles de irlandeses se manifiestan contra el plan de austeridad

El ajuste, condición necesaria para recibir la ayuda financiera de la UE y el FMI, prevé ahorrar unos 15.000 millones de euros

DUBLÍN. Actualizado: Guardar
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Unos 50.000 irlandeses se manifestaron ayer en Dublín contra el plan de ajuste que quiere aplicar el gobierno del primer ministro, Brian Cowen, y que fue presentado como condición indispensable para beneficiarse del programa de rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El cortejo encabezado por un grupo de gaiteros y escoltado por más de 700 policías salió de los muelles del río Liffey hacia la Oficina General de Correo -el mítico GPO-, lugar simbólico del centro de la ciudad donde fue leída en 1916 la declaración de la independencia del país.

«Nosotros somos el pueblo, nosotros tenemos los votos», cantaban los manifestantes mientras avanzaban por las calles de la capital irlandesa. La movilización estaba encabezada por una pancarta en la que se podía leer: «Hay una vía más justa y mejor», en clara oposición al plan de austeridad destinado a sacar al país de su elevado endeudamiento.

«Los recortes presupuestarios no son necesarios. Salvamos a los bancos, no a Irlanda. Son los bancos los que tendrían que sufrir, dejémoslos caer», se quejó Marian Hamilton, una irlandesa que teme que su subsidio de minusválida se reduzca, y que acudió a la marcha con su nieto, ya que el padre del niño emigró a Australia para encontrar trabajo.

Mark Finley, un funcionario del Ayuntamiento de Dublín, señaló que «hay que cambiar de gobierno y convocar una huelga». «Tenemos que enviar un mensaje claro al Ejecutivo. Mis ingresos se han visto reducidos en varios miles de euros en dos años», se quejó. «Es repugnante, los ricos guardan su dinero. No quiero que la vida de mis hijos esté arruinada», añadió Jennifer Lynch.

Los sindicatos llamaron a la movilización contra el plan de ajuste, que consideran «una declaración de guerra contra los trabajadores que ganan menos», en palabras de Jack O'Connor, presidente del principal sindicato irlandés SITPU. Las medidas de austeridad anunciadas el miércoles prevén ahorrar 15.000 millones de euros en los próximos cuatro años, mediante un recorte del gasto público y un aumento de los impuestos. Dentro de ese programa, los subsidios de desempleo y familiares serán reducidos, al igual que las jubilaciones de los funcionarios y el salario mínimo. Además se prevé la supresión de 25.000 puestos de empleados públicos. El plan tiene por objetivo reducir a 3% el déficit público, que se espera alcance este año el 32% del PIB.

Los ministros de Finanzas de los países de la zona euro y de los Veintisiete se reunirán hoy en Bruselas para discutir el plan de ayuda. Se prevé que decidan el importe de la ayuda a Irlanda y que fijen las condiciones que deben cumplir en contrapartida. Según los medios irlandés, Dublín reembolsaría el préstamo con una tasa del 6,7 -muy superior al 5,2% pedido a Grecia-, lo que aumentará la ira de la población.

«Los trabajadores son obligados a pagar por los banqueros, los promotores y los políticos corruptos», denunció Eamon Doyle, líder del sindicato de la ingeniería TEEU. El descontento de los irlandeses se reflejó ya en las urnas el jueves, cuando el partido gubernamental, Fianna Fail, sufrió una contundente derrota en las elecciones parciales.