Economia

Dublín negocia para evitar la quiebra

El gobernador del Banco Central Irlandés cifra en «varias decenas de miles de millones de euros» el coste de la operación de salvamento Expertos del BCE y el FMI debaten con las autoridades irlandesas la concesión de un crédito

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El gobernador del Banco Central de Irlanda, Patrick Honohan, confirmó ayer que las negociaciones entre el Gobierno y los delegados del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que comenzaron en Dublín, se cerrará posiblemente con la oferta de un crédito que ahuyente la incertidumbre sobre la solvencia de su sistema financiero.

Honohan afirmó en una entrevista con la radio pública irlandesa, RTE, que «la intención y la expectativa de los negociadores, y la mía también, es que se ofrezca un crédito para ser usado cuando sea necesario» y que será de una cantidad «de decenas de miles de millones de euros para mostrar que hay suficiente poder para resistir».

Las palabras del gobernador fueron más explícitas que la línea oficial del Gobierno. Ayer mismo, el primer ministro, Brian Cowen, se negó a ir tan lejos e indicó en un encuentro con periodistas que la negociación es abierta y que «nuestro empeño es el de proteger a los contribuyentes y por eso somos reticentes a hablar públicamente» de las negociaciones.

Según el gobernador del Banco Central, que confirmó la provisión de liquidez adicional a bancos irlandeses en las últimas semanas, estimada en 20.000 millones de euros -añadidos a los más de 130.000 retirados en el mecanismo de liquidez del BCE-, «el capital ahora negociado no es en absoluto necesario», pero su objetivo es crear «la confianza suficiente».

Los negociadores, cuyos trabajos podrían durar varios días, están analizando los libros contables de los bancos, en lo que ya se ha descrito como una segunda prueba de resistencia del sistema financiero irlandés. Dos bancos están nacionalizados (Anglo Irish y Allied Irish) y junto al Bank of Ireland tienen en las últimas semanas dificultades crecientes de financiación.

El Gobierno de Dublín decidió en el inicio de la crisis garantizar tanto los depósitos como las deudas de sus bancos y creó una institución pública, NAMA, a la que transfirió 'activos tóxicos' de los bancos privados. A cambio de esos activos, la Hacienda irlandesa les entregó certificados que los bancos han depositado en el BCE a cambio de liquidez para mantener sus operaciones.

Sin embargo, en las últimas semanas, las sucesivas rebajas de calificación de las deudas de la Hacienda y de los bancos irlandeses han llevado a instituciones internacionales a retirar sus depósitos, lo que ha obligado al Banco Central a procurar los fondos adicionales para sostener su capital.

La caída del valor del papel irlandés en el mercado secundario de deuda ha obligado a los bancos a marcar sus activos en su cartera de negociación por el valor de mercado, erosionando de nuevo su capital y haciendo más difícil que los bancos logren financiación. Y el pesimismo sobre la evolución de los activos inmobiliarios es el tercer factor. «El impuesto de sociedades al 12.5% no es negociable», dijo la ministra de Exteriores, Mary Coughlan, quien subrayó la resistencia de Dublín a que la negociación en curso entre en cuestiones fiscales que el Gobierno considera bien enfocadas y que deben tener nueva plasmación en el plan presupuestario cuatrienal que ha de presentar en diciembre.

La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseveró que el rescate irlandés no tendría ningún coste para España, puesto que el mecanismo de estabilización europeo creado tras la crisis de Grecia no requiere el desembolso de ayudas directas. Salgado subrayó que dicho mecanismo implica la emisión de deuda con el aval de los Estados miembros, de tal forma que mientras Irlanda devuelva el dinero prestado España no tendrá que afrontar el pago de ese endeudamiento.