El Santander presentó ayer los datos de este ejercicio. :: E. C.
Economia

Santander cree que la 'marca España' le penaliza

La entidad augura más morosidad en el sistema hasta mediados de 2011 y afirma que la salida de la crisis económica será lenta

MADRID. Actualizado: Guardar
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España no está de moda, sino todo lo contrario. Los mercados recelan de la fortaleza del país para cumplir con sus compromisos y salir de la crisis. Y eso pesa a nuestro sector financiero. Así se traduce del discurso del consejero delegado del Grupo Santander, Alfredo Sáenz, quien en la presentación de resultados de la entidad correspondientes al tercer trimestre reconoció que esa pátina española «no nos beneficia». Y es que, añadió, «el mercado nos identifica como un banco español a todos los efectos». Un lastre si se tiene en cuenta quie Santander es ya un gigante internacional que recibe de su división española solo del 17% de sus resultados netos.

Las dudas sobre la solvencia de la deuda pública del Reino de España es un verdadero problema para que las entidades nacionales acudan a los mercados, ya que ningún banco o caja tiene un 'rating' (la nota de la solvencia a la hora de afrontar el pago de las deudas) superior al del Estado. Eso hace que el dinero sea para ellos más caro, y mucho más difícil para particulares, empresas o administraciones. En definitiva, un freno a la inversión y, por tanto, al crecimiento.

En esa tesitura, y a pesar de la batería de reformas estructurales realizada por el Gobierno, que Santander aprecia en la buena dirección, Alfredo Sáenz fía para largo la salida de la crisis. Algo que, dijo, no llegará «en los próximos trimestres».A juicio del ejecutivo, el crédito seguirá estancado, o incluso caerá en 2011, mientras la morosidad no dejará de crecer hasta, al menos, mediados del próximo año. Los nubarrones que se avecinan hacen pensar a Sáenz que el banco no logrará igualar en 2010 los resultados alcanzados doce meses atrás. Eso y, sobre todo, la notable dotación extraordinaria realizada contra los resultados del tercer trimestre para cumplir con la última vuelta de tuerca del Banco de España en su lucha por atar en corto el riesgo inmobiliario de la banca. Ese tijeretazo voluntario al beneficio, que Santander ha preferido no sacar del colchón de las provisiones genéricas (anticíclicas) en un ejercicio extremo de prudencia, asciende a 472 millones de euros. Una jugada inusual por fuerte pero que en el caso del Santander puede suponer un mensaje para que los mercados vean su capacidad de generar recursos recurrentes. Una suerte de declaración de fortaleza del balance. Así parece que lo entendieron los inversores, pues las acciones del banco solo cedieron un 0,3% al cierre de la sesión.

Tomada la opción más conservadora, el banco cerró septiembre con un beneficio de 6.552 millones en los nueve primeros meses (un 2,8% interanual menos) y de 1.635 millones en el tercer trimestre, lo que supone un 9,8% menos que en el mismo periodo de 2009. La tasa de mora del grupo se elevó al 3,42%, cinco centésimas más que en el trimestre anterior.

Créditos dudosos

El porcentaje de créditos dudosos en España del banco es del 3,88% frente a una media (a fecha de junio) del 5,6%. En los nueve primeros meses, el grupo mejoró un 12% el margen de intereses, mientras los ingresos por comisiones crecieron un 7% interanual. El sostén del banco se sitúa cada vez más fuera de España. No en vano, la división ibérica redujo un 35% su beneficio hasta 995 millones, mientras el 37% de las ganancias le llegan ya de los negocios de Europa Continental; el 42%, de Latinoamérica, con especial importancia de Brasil, y 18% de Reino Unido. El 3% restante lo aporta el Sovereing (EEUU). Sáenz se refirió también a la 'guerra de depósitos' desatada en el sistema financiero español para reconocer dos cosas. La primera, que elSantander echó su parte de gasolina al fuego al ser el primero entre los grandes bancos que ofreció esos productos. La segunda, que esa búsqueda de dinero se ha «desquiciado».