Un hombre repara un par de zapatos en La Habana. :: REUTERS
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Cuba extiende la iniciativa privada a toda la economía

El Gobierno de Raúl Castro permitirá ejercer 178 nuevos oficios y facilitará el alquiler de inmuebles

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Se acabaron los rumores y comentarios sobre qué actividades por cuenta propia permitirá el Gobierno de Raúl Castro. El diario 'Granma' zanjó ayer el debate mediante la publicación de la lista oficial completa: podrán ejercerse 178 oficios, incluidos siete completamente nuevos y 29 para los que no se concedían licencias desde hace años -pero que se ejercían en la práctica-. En 83 actividades será posible, además, contratar empleados.

Las autoridades de la isla buscan flexibilizar el 'cuentapropismo' -la contratación de trabajadores en el ámbito privado- para mitigar el despido de 500.000 funcionarios a lo largo de los próximos seis meses. En ese sentido, el Ejecutivo y el Banco Central estudian codo con codo la posibilidad de conceder créditos para potenciar las contrataciones.

«Yo quisiera sacarme una licencia para hacer refresco y venderlo por encargo o en mi domicilio, pero todavía está por ver cómo va a ser esto», cuenta Vladimir, empleado de una tienda estatal en el paro desde hace un par de meses.

Son también novedosos los cambios para los arrendadores. Podrán alquilar viviendas completas en pesos cubanos convertibles, habitaciones por horas, espacios para otras actividades e inmuebles construidos en los últimos cinco años. Asimismo, los cubanos que residan fuera del país con Permiso de Residencia en el Extranjero (PRE) o se ausenten de la isla durante más de tres meses podrán delegar en un representante para alquilar su hogar.

Así y todo, el ministro de Economía, Marino Murillo, arrojó un jarro de agua fría al reconocer que «lo óptimo es un mercado mayorista con precios diferentes para ellos. Pero eso no lo vamos a poder hacer en los próximos años. Ahora tenemos que lograr un mercado donde ellos puedan comprar lo necesario aunque sin diferenciar los precios minoristas».

Reventa de vales

Esa es la pesadilla de los dueños de 'paladares' -restaurantes y cafeterías privadas-. Se quejan de la inexistencia de un mercado mayorista para particulares autónomos. Al menos podrán ofrecer langosta, carne de res y patatas sin temer las multas, y se ampliará hasta 20 el cupo de clientes que podrán acoger en sus establecimientos.

La mayoría de los trabajadores por cuenta propia tiembla ante las visitas de los inspectores, que incidían en las violaciones para recibir una propina. Hasta los vales de compra de un solomillo o un chorizo se revendían y los arrendadores alquilan dos o tres habitaciones declarando solo una. Las medidas se enmarcan dentro del plan de ajuste económico anunciado por el Gobierno de Raúl Castro para hacer frente a los efectos de la grave crisis económica.