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El sueño eterno de Las Aletas

Los agentes sociales muestran sus dudas tras un año de paralización de las obrasEl informe de Tragsa, que se presentará en dos semanas, dará a conocer la nueva fisonomía del proyecto

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Con lo peor de la crisis descargando sobre la provincia llegó el sueño de Las Aletas. Tras años de planificación y trámites, el parque tecnológico, esa tabla salvadora de la Bahía, ya estaba en obras. Amaneció el 7 de septiembre y el terreno baldío se llenó de carteles informativos, púlpitos y hasta una decena de excavadoras para poner la primera piedra a las 527 hectáreas de uno de los espacios industriales más grandes de España.

La subida del paro y el cierre de empresas dolían menos cuando la solución estaba a 25 meses, los mismos de ejecución del proyecto. Pero la sentencia del Supremo del 19 de octubre congeló la imagen. Un recurso interpuesto por la asociación ecologista Adena dio al traste con todo lo avanzado y frenó las obras sin fecha concreta.

De aquello ha pasado un año y las cosas siguen exactamente igual. Se volverá a arrojar luz sobre el asunto el próximo 17 de septiembre cuando se reúna de nuevo el consejo rector y la empresa Tragsa presente los resultados del nuevo plan de ordenación urbanística.

Mientras, el espíritu de Las Aletas, que surgió al calor de una nueva esperanza para el maltrecho tejido industrial gaditano, empieza a deteriorarse. Los agentes sociales muestran sus dudas por la reactivación y las administraciones no sueltan prenda sobre el futuro de la obra. En dos semanas se darán las respuestas.

Optimismo. Esa es la estrategia que sigue el consejero Luis Pizarro. Desde que tomó posesión como vicepresidente del Consorcio en abril siempre ha defendido su apuesta por el proyecto. Hay que reconocerle su implicación y el pasado viernes la renovó durante una visita a la capital. «La Junta no renuncia a Las Aletas y confiamos en que este mes se confirme su viabilidad», dijo.

El informe que presentará la consultora pública Tragsa replanteará los usos que son incompatibles con la sentencia del Supremo. En concreto los que afectan a las 287 hectáreas sobre las que tiene potestad la Ley de Costas y marcará las bases de las 150 que no tocó el fallo judicial. Este documento cumplirá de forma escrupulosa con las exigencias del alto tribunal y pretende ser inquebrantable.

Con todo eso están muy de acuerdo los agentes sociales, pero no se puede reactivar un proyecto de tanto calado con unos simples informes. Tanto empresarios como sindicatos han echado en falta más acción por parte de las administraciones. Muy crítico se muestra el presidente de la Confederación de Empresarios, Miguel González Saucedo cuando asegura que «hay muchas cosas que se podrían haber hecho y no se han planteado». Tal como están las cosas, no oculta sus dudas sobre el futuro del espacio industrial y ve como pasan las oportunidades cuando muchas empresas se interesan por los terrenos y se dan la vuelta tras comprobar su estado.

El responsable de la patronal teme que el nuevo plan de ordenación conlleve un mayor retraso en la construcción, aunque opta por lo más eficaz: «Si llevamos diez años esperando a que llegue, no vamos a derrumbarnos por uno más». A pesar de todo, insiste en que el terreno tendría que haber sido declarado bien de interés público y social, de manera que ningún recurso ni denuncia pudiera afectarlo.

Manuel Ruiz, secretario general de CC OO, también reivindica el proyecto como «una necesidad». Su sindicato ha decidido plantar cara y exige puntualmente información sobre todos los pasos. «No vamos a renunciar a este terreno industrial».

En todo momento apela a la unidad en la provincia para exigir «lo que le corresponde», aunque reconoce que «hay cierta preocupación sobre la dilatación de los plazos». Además, aseguró que no van a consentir que por razones administrativas «siga siendo un elemento sin solución».

El presupuesto es otra duda que se plantea. Fuentes del Consorcio de Las Aletas garantizan que no se ha tocado un euro del montante liberado. Son en total 60 millones correspondientes a 2009 y 2010. Por lo pronto, la tijera no ha llegado al futuro flotador de la industria gaditana y en el último consejo, la presidenta, Juana Lázaro, se comprometió a que así seguiría siendo.