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El error de Romaní

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Errare humanum est'. Sin ir más lejos, la pasada semana y en esta sección, al mencionar algunos de los narradores locales, olvidé incluir, entre otros, a mis Manuel Ramos y Rafael de Cózar, a quienes debo por ello un par de birras. Ayer, en este periódico, Ignacio Romaní, concejal de Urbanismo en Cádiz, replicaba con exquisita cortesía a un artículo que firmé el domingo bajo el título de 'Más allá del segundo puente'. Romaní titulaba el suyo 'El error de Téllez', pero cargaba las tintas contra Marta Meléndez, candidata en ciernes del PSOE a las municipales. A Romaní, sin ojana, le tengo ley, porque se me antoja que es uno de esos políticos que creen en el diálogo en estos tiempos de alarido y crispación. Sin embargo, me abruma sobremanera que dedique en su legítima réplica la friolera de 693 palabras para rebatir tan sólo 26 de una reflexión genérica sobre las infraestructuras de la provincia, a partir de la feliz fumata blanca para con las obras del segundo puente. Sobrado de críticas a diversas instituciones, al Ayuntamiento que preside Teófila Martínez sólo se le aludía en una frase: «Ahora, como ha reclamado Marta Meléndez, la candidata socialista a la aAlcaldía de Cádiz, habrá que ver cómo afronta el Consistorio gaditano su parte del acuerdo». Que no hay acuerdo, dice Romaní. Bueno, pues aceptemos al menos que hay proyecto. 693 palabras contra 26. Menuda goleada. Moscas a cañonazos.

Quizá el principal error de Ignacio Romaní sea el de no haber requerido seguramente los consejos de los excelentes profesionales con que cuenta el municipio. Seguro que le hubieran sugerido una cierta ponderación en la respuesta pues, de lo contrario y salvadas las distancias recordaría a aquel erudito filólogo que dedicó una tesis a 'Rayuela' de Julio Cortázar, sólo que con el doble de páginas. Esa voluntad de apabullamiento tan propia del PP de Cádiz, constituye a fe mía la principal equivocación del gobierno local. Su gestión municipal se defiende por sí sola sin tener que recurrir a esa constante agitación y propaganda de los grandes paneles publicitarios, del publirreportaje constante y de la frecuente falta de encaje de la más mínima crítica.

Si el PP local lleva convenciendo a sus electores desde hace 15 años, ¿por qué se empeña también en intentar vencer a quienes no lo son? Cuando mi buen Ignacio Romaní quiera no sólo podemos celebrar de antemano su próxima victoria sino hablar serenamente sobre si los conservadores gaditanos triunfan gracias a sus aciertos o merced a los errores de sus adversarios. Aquí, un amigo.