El ministro Von Guttenberg charla con un oficial durante una visita a un cuartel en Germersheim. :: EFE
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Una Bundeswehr más ágil y rápida

Alemania planea grandes recortes en su Ejército y eliminar la mili para afrontar las nuevas misiones internacionales

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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El barón Karl-Theodor, Maria, Nikolaus, Johann, Jakob, Philipp, Wilhelm, Franz, Joseph, Silvester von und zu Guttenberg cumplirá 39 años en diciembre y, a pesar de su juventud, el actual ministro de Defensa alemán goza del raro privilegio de ser el político más popular del país, muy por encima del resto de sus colegas del Gabinete. Además, le saca una nariz de ventaja a la canciller Angela Merkel, una realidad que convenció a la revista 'Focus' para convertirlo en el más serio candidato de la democracia cristiana a canciller en 2017.

La meteórica carrera del barón es inédita en Alemania. En febrero de 2009 fue nombrado ministro de Economía del Gobierno de gran coalición y, en tan solo siete meses, fue capaz de proyectar una imagen de político moderno, seguro de sí mismo y dueño de una dialéctica que dejó con la boca abierta a sus enemigos en medio de la peor crisis económica que ha vivido el país en los últimos 60 años. Como ministro de Defensa, 'KT' -así le llaman sus amigos íntimos- batió otra marca que ningún antecesor en el cargo había logrado superar. En diez meses se coronó como el titular de este departamento más querido por sus compatriotas.

El barón tiene carisma, es simpático y apuesto, luce con orgullo un título de más de mil años de antigüedad y tiene la suerte de ser heredero de una fortuna estimada en más de 600 millones de euros. Pero 'KT' también es culto (toca el piano y lee a los clásicos griegos en el idioma original), no oculta su pasión por el rock y las operas de Wagner, y es posiblemente el único político alemán que puede presentar un inequívoco aire de moderno.

En el cénit de su breve carrera política, el barón afronta ahora una tarea titánica que le puede catapultar a la cima de la gloria o acabar con su brillante ascenso si no logra convencer a los líderes de los dos partidos cristianodemócratas -la canciller Angela Merkel y el jefe del Gobierno bávaro, Horst Seehofer- de la necesidad de aplicar una reforma drástica en el seno la famosa Bundeswehr, nacida de las cenizas del Ejército de Hitler en 1955.

Acosado por los planes de ahorro del Ejecutivo -que pretende recortar en 8.500 millones de euros el presupuesto de su ministerio en los próximos cuatro años- y confrontado con las nuevas responsabilidades de Alemania y la dura realidad que enfrentan sus soldados en Afganistán, el ministro elaboró un borrador donde propone reducir en casi 90.000 efectivos el personal militar y acabar con el servicio militar obligatorio, además de racionalizar las estructuras de mando.

El objetivo es convertir al Ejército en un cuerpo altamente profesional y flexible que sea capaz de intervenir de forma rápida y ágil en todos los rincones del mundo. «La Bundeswehr será más pequeña, pero también más eficaz», dijo el ministro cuando presentó el pasado lunes el borrador de su plan de reforma.

El principal escollo para poner en marcha la reforma más radical en el seno de las Fuerzas Armadas es la propuesta del ministro de suspender el servicio militar obligatorio y reemplazarlo por una mili voluntaria integrada por solo 7.500 reclutas al año. Actualmente, 70.000 jóvenes acuden a filas cada ejercicio para un período formativo de seis meses.

Según el modelo de reforma que defiende el ministro, el servicio militar seguiría estando consagrado en la Constitución, pero de hecho quedaría abolido porque, si los cambios entran en vigor, se dejaría de reclutar a los jóvenes contra su voluntad. En lugar del servicio obligatorio se ofrecería uno optativo, de una duración de entre 12 y 23 meses, que tendría como propósito fundamental servir de cantera para el Ejército profesional.

Defensa del servicio militar

La eliminación de facto del servicio militar obligatorio es cuestionada, sin embargo, por un amplio sector en los dos partidos cristianodemócratas, que sostienen que el mantenimiento de la mili obligatoria es una cuestión arraigada en el país. Por una parte alimenta al Ejército con sangre joven y ofrece uno de los vínculos más fuertes entre la población y el Estado. «Alemania, a pesar de sus dificultades económicas, debe encontrar un camino para que la Bundeswehr siga anclada en la sociedad», dijo Roland Koch, un famoso líder conservador de la CDU.

Von Guttenberg piensa diferente. Hace cinco años, el Ministerio de Defensa se fijó el objetivo de contar con 14.000 soldados bien entrenados capaces de poder participar, al mismo tiempo, en por lo menos cinco misiones de estabilización y de guerra, como es el caso de Afganistán. «No fuimos capaces de cumplir con esa meta a causa de dificultades de personal o de equipo», admitió recientemente el ministro al constatar que la actual estructura de la Bundeswehr solo le permite disponer de 7.000 soldados para tales intervenciones.

La radical reforma que propone Von Guttenberg, que incluye el cierre de muchos de los 403 cuarteles existentes, así como la racionalización de los nueve centros de mando, le podría permitir al ministerio ofrecer mejores salarios y más incentivos para atraer a reclutas mas cualificados. Los planes del ministro cuentan, por el momento, con el apoyo del Partido Liberal y los Verdes, pero son rechazados por los socialdemócratas. Merkel ha evitado comprometerse a fondo y apuesta por un «diálogo constructivo» en los próximos meses.