El gran pescado de gomaespuma no sobrevivió a la quema. :: EVA LINDBERG
CÁDIZ

Luto en La Caleta para despedir el verano

El tradicional Entierro de la Caballa cumplió ayer sus bodas de plata con gran asistencia de públicoEl pregón del chirigotero Kike Remolino y el bautizo caletero de Ramoni centraron los actos de la noche

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Dice el protocolo que a los entierros hay que acudir de riguroso luto. De negro y apenados ante el final del verano, los vecinos de La Viña y de La Caleta cumplieron con la tradición y enterraron un año más a la caballa más famosa de Cádiz. Nadie se quiso perder el evento, más aún cuando cumplió 25 años, sus bodas de plata.

Desde bien temprana la mañana, el Club Caleta se sumergió en todos los preparativos necesarios para la gran noche. Maribel, que lleva 25 años participando, se pasó toda la mañana pelando cebollas, «suerte que este año hemos comprado el tomate y el ajo triturados», sonreía al comentarlo. La tradición cuenta que los pescadores deben salir temprano al mar a buscar las caballas. «Este año hemos preparado 400 kilos de pescado en seis ollas que repartiremos por la noche». Son 25 años trabajando por la fiesta y cuenta que «ha decaído un poco porque cada vez se implican menos y el esfuerzo es mayor».

A las siete en punto de la tarde, el cortejo salió del Club Caleta. La marcha fúnebre vino de la mano de la Charanga de Polifónicos que lo acompañó por todas las calles de la Viña. La comitiva procesionó por Duque de Nájera, La Palma, la plaza de Cruz Verde -donde congregó a un gran número de curiosos-, plaza de la Libertad y Hospital de Mujeres, entre otras.

Las viudas alegres

La presidenta del Club Caleta, María del Carmen Bernal, dirigió a la gran caballa hecha de gomaespuma, indicando donde hacer las paradas. «Tenemos un gran ambiente entre la procesión y la charanga», explicó, «además cada año es especial y diferente». Detrás, haciendo su particular penitencia, iban las viudas alegres cantando y bailando. Para Ana María Reig, una de ellas, «lo más emotivo es cuando llega la caballa a la playa y algunas veces la introducen en el agua. Y después la queman, claro». Manuel Sáez de la Torre, camuflado con una peluca rosa, la acompañó todo el recorrido. Desde que tiene uso de razón participa cada verano en el cortejo y espera que nunca se acabe la tradición «porque nos lo pasamos muy bien».

La procesión pilló a muchos turistas por sorpresa. Algunos se acercaron a preguntar mientras que otros se dedicaron a sacar fotos y continuar con su visita. A quien no le sorprendió fue a Pepi LLull quien estaba en compañía de sus hermanas. «Todos los años va decayendo pero parece que esta vez están todos muy animados».

Para acompañar el mal trago del final de verano, el Club Caleta repartió sus tradicionales fideos con caballa para calmar el llanto de los estómagos acompañado de la tranquilidad que concede una cervecita fresquita en plena ola de calor.

El 'speaker' de La Caleta, Juan Antonio García Ramírez, conocido como 'El Ardentía' se encargó de llevar la batuta a lo largo de toda la noche. El pregón vino de mano del chirigotero Enrique García Rosado, 'Kike Remolino', quien estuvo respaldado por el resto de los integrantes de su agrupación Los parapapá.

Uno de los puntos álgidos de la noche fue la propia quema de la caballa y el bautizo caletero del comparsista José Ramón de Castro Ramoni, quien también estuvo apoyado por la comparsa Medio siglo. Tras ellos, actuaron Los Emires por donde se mire, La rebelión de los necios y La pasma. El punto final de la noche lo puso la actuación de La Bella Tatoo.