Una 'despedida' de tronío y trapío

Un fiesta de altos vuelos, de casta y trapío, de arte y tronío, como mandan los sagrados cánones de la mejor tradición popular. La despedida de soltero/a -o, por mejor decir y pluralizando, de solteros- de Rosario Montoya (La Reina Gitana) y Alejandro Olivero supuso un acontecimiento íntimo, gastronómico, vivencial/fraternal, jubiloso y afectivo de imborrable memoria para todos cuantos pudieron disfrutar de tan animosa celebración en la Finca Barea. Hasta toreo de una vaquilla -por media verónicas e incluso aguardándola a puerta gayola- hubo con capote en mano a cargo de los diestros personificados en el novia y, ¡faltaría más!, en la novia. ¡Menudo gracejo y puerta grande merecieron los improvisados maestros taurinos! Por lo demás, abundaron sensaciones ya de por sí presupuestas y archisabidas: alegría a granel y cariño a raudales. Estuvieron, entre otros muchos amigos de la pareja, la madre de la novia Pilar Montoya (quien en la fotografía aparece junto a las sobrinas de la propia Rosario Marina Ferrera y Pilar Cala -ambas ejercerán de damas de honor durante la ceremonia nupcial-), el destacado compositor y director de orquesta Paco Suárez, Moisés y David (de Sellos Ferrera) o el profesor de piano Julio Lozano.