En la imagen, una de las últimas casitas bajas que aún queda en pie en la zona. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Vecinos de la barriada España denuncian el estado del solar de las casitas bajas

Los terrenos, de unos 7.000 metros cuadrados, siguen a la espera de que la UTE Nueva Avenida 2006 comience las obras

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Un cartel sobre la puerta avisa a todo aquel que pasa por la zona: «vivienda habitada». Las macetas que asoman por la ventana así parecen confirmarlo. Sin embargo su dueña murió hace ya tiempo y los hijos vendieron la casa al mejor postor para poder repartirse la herencia. Es la última superviviente de las casitas bajas en la barriada España. Un solar aparentemente abandonado a la espera de que comiencen unas obras que aún sigue sin tener una fecha fijada en el calendario.

Mientras que en la parcela de al lado, diversos operarios trabajan en la nueva transversal de la ciudad que unirá el paseo marítimo con la avenida Juan Carlos I, los restos de basura se acumulan en una zona en la que se había proyectado diversas ideas y que se han quedado de momento sobre papel mojado. Desde una torre de 36 plantas hasta un hotel pasando por la construcción de casas. Manuel es uno de los vecinos que abandonó su casita baja y se adentró en un piso a la espera de un hogar que no que no termina de llegar. «Aquello hay que limpiarlo antes de que pase una desgracia», comenta. «Allí ya ha habido dos incendios que por suerte no pasaron a más». Como prueba de esto, en el interior de una de las casitas a medio demoler, se aprecia a lo que fue una lavadora en tiempos mejores totalmente calcinada.

Manuel muestra su preocupación por la falta de actividad de la obra. «Hay una alambrada pero tiene agujeros por todas partes y los chavales, y los que no son tan chavales, se cuelan dentro de las parcelas para drogarse». Este vecino es consciente de que la responsabilidad del estado del terreno depende la Unión Temporal de empresas (UTE) Nueva Avenida 2006 por ser propiedad suya aunque considera que «el Ayuntamiento debería hacer algo, exigir a esta empresa que garantice la limpieza del solar porque se está convirtiendo en un vertedero y no se puede consentir». «Podrían amenazarles con retirarles la licencia de obras si no se hacen cargo del estado que presenta porque es lamentable», propone.

Para Manuel la solución es fácil: «Lo que deberían hacer es tirarlo todo y vallarlo bien para que nadie se adentre». De hecho, queda otra casita baja en pie aunque presenta un aspecto más deteriorado. «Allí sí que viven todavía los que eran sus dueños aunque la casa esté en mal estado. Lo hacen para ganar algún dinero con el alquiler que nos paga la empresa pero en cuanto entre la primera máquina tendrán que abandonar la casa».

Sin fecha prevista

Sobre el inicio de la obra, sigue sin saber nada. «Desde la empresa no nos han informado sobre el estado en el que se encuentra ni cuando van a iniciar el proyecto, aunque lo ideal sería que comenzaran y acabaran de una vez, que no se quedaran sin dinero a mitad camino y volvieran a parar como ha pasado ya en otras obras».

Mientras tanto, Manuel habita en una vivienda alquilada de 50 metros cuadrados, lo más cerca del barrio que puede. «Los demás se han ido a donde han podido con el dinero del alquiler». A la espera de que las maquinarias entren en el solar ve los días pasar mientras echa de menos su casita baja: «Antes teníamos más de lo que tenemos ahora porque todo lo que había era nuestro». De allí recuerda los más de 30 años que vivió entre las cuatro paredes. No fue el único. Antes que él, habitó su abuela. Ahora sigue esperando a que comiencen unas obras que no tienen fecha de inicio. Después de tanto tiempo aún le queda paciencia para esperar, «aunque llegará el momento en que nos planteemos en serio coger el aval del piso e irnos a vivir a otra parte».