Sociedad

Trapos sucios en el harén

La infidelidad de una de las catorce esposas del monarca Mswati III con el ministro de Justicia sacude Suazilandia

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Abrigada por la oscuridad y escondida tras un uniforme de militar, una joven se escabullía noche tras noche de sus guardaespaldas para encontrarse con su amante en la intimidad de una habitación de hotel. Lo más escandaloso de la situación no es que hayan sido pillados in fraganti practicando sexo, tampoco que ella esté casada o que él sea el ministro de Justicia. Lo verdaderamente morboso es la identidad del marido agraviado. Nada más y nada menos que Mswati III, rey de Suazilandia.

La noticia del 'affaire' ha salido a relucir pese a los intentos del monarca por acallar los rumores, que terminaron por conducir a Ndumiso Mamba, el tercero en discordia y 'amigo' íntimo del rey desde la infancia, a la dimisión de sus cargos como ministro y senador del país sudafricano. Mientras tanto, Nothando Dube, una de las catorce esposas del rey, aguarda a conocer su destino en el Palacio Real, donde cumple una especie de arresto domiciliario. La joven de 23 años y antigua Miss Suazilandia fue elegida en 2004, cuando apenas tenía 16, por el propio Mswati III durante el tradicional 'Baile de la caña', una festividad de ocho días que se celebra anualmente para que las doncellas suazis y zulúes honren a la reina madre.

Un año más tarde, la chica se convirtió en la decimosegunda esposa del rey, que actualmente suma catorce consortes. Según la tradición, el monarca puede casarse con tantas mujeres como desee. De hecho, se espera que contraiga nupcias con al menos una joven virgen de cada tribu para estrechar relaciones diplomáticas con ellas. Las 'afortunadas' que resulten elegidas deben pasar antes por la cama del rey y quedar embarazadas para probar su fertilidad; de lo contrario, el matrimonio queda suspendido. Por eso no es de extrañar que, de momento, la descendencia del último monarca absoluto del continente africano sea de 23 vástagos. Poco en comparación con su padre, Sobhuza II, que le dio más de 200 hermanos.

El reinado de Mswati nunca ha estado libre de polémica. Los rumores de infidelidad de su quinta y sexta esposa las condujeron al exilio en Soweto y Londres, respectivamente. Además, en 2001 decretó casi cinco años de celibato para todas las mujeres menores de cincuenta años. El motivo: disminuir la elevada tasa de contagios de VIH que azota al país. Finalmente terminó violando su propio designio cuando se casó con una chica de 17 años. Eso sí, tuvo que pagar una vaca por su falta.