Una camarera seca las mesas en una terraza de verano vacía en San Sebastián. :: JOSÉ MARÍA LÓPEZ
Economia

La depresión posvacacional acecha a la economía española

La sequía del crédito es la peor secuela que han dejado las turbulencias financieras y supone otro lastre para el crecimiento

MADRID. Actualizado: Guardar
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Noticias inquietantes. Vendrán varios trimestres con tasas de crecimiento débiles, vaticina el Banco de España. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también apunta que, en el mundo industrializado, podría haberse producido un 'pico' de la expansión a finales de primavera, y advierte de la posibilidad de un retroceso entre el verano y el otoño. El pinchazo del mercado laboral en Estados Unidos el pasado mes sería otro signo de mal augurio.

En España, después de dos trimestres de leve recuperación, con aumentos del Producto Interior Bruto del 0,1% y el 0,2% respectivamente, y a punto de alcanzar el equilibrio en la comparación interanual, en la segunda mitad del año se están dejando sentir los impactos de la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido -que elevará los precios y retraerá el consumo- del recorte salarial de los empleados públicos y del ajuste de la inversión.

Los indicadores adelantados revelan que, en España, julio ha sido algo mejor de lo previsto. La coincidencia con las rebajas ha podido compensar o atenuar el efecto del aumento de la fiscalidad indirecta. También el Mundial de fútbol animó el consumo fuera del hogar y el comercio minorista no se queja de la evolución de las ventas. Las empresas del sector turístico han facilitado avances relativamente satisfactorios, aunque no las tienen todas consigo por temor a que el anuncio de una huelga de controladores provoque cancelaciones en cadena. Pero, sobre todo, la demanda eléctrica creció en ese mes el 3,3% respecto al mismo periodo del año anterior. Cierto que las altas temperaturas dispararon el uso de los acondicionadores, si bien lo que en realidad mueve el consumo es la producción industrial y la actividad de los servicios.

¿Continuará la tendencia positiva? ¿Podrá superar España el segundo semestre del año sin que el Producto Interior Bruto abandone su trayectoria creciente? La vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha expresado su confianza en la continuidad de una evolución favorable. Pero son pocos los factores que juegan a favor y muchos los que van a drenar la actividad en el corto plazo.

A vueltas con el crédito

Es la peor secuela que ha dejado la tormenta desatada en los mercados el pasado abril. La desconfianza en la economía griega sacudió a la deuda soberana de otros países vulnerables de la zona euro, después a las bolsas de valores y finalmente causó una sequía en la financiación mayorista de la que bancos y cajas todavía se resienten. Por este motivo, por el temor a los impagados, porque las cajas están en plena reestructuración y porque las empresas no logran sacarse la incertidumbre de encima y prefieren desendeudarse a emprender proyectos, la inversión no va a tirar de la economía en los próximos meses.

Más paro, menos rentas

El desempleo volverá a crecer, lo reconocen autoridades y expertos, cuando termine la temporada turística y una nueva 'hornada' de jóvenes aspirará a incorporarse al mercado laboral recién concluidos sus estudios. Más paro significa recorte del consumo, aumento de la morosidad e incremento del gasto en prestaciones sociales.

Salarios a la baja

Hasta ahora, las familias se han apretado el cinturón porque alguno de sus miembros ha quedado en paro o por temor a caer en esta situación en un futuro próximo. A medida que transcurre el año, se va a dejar notar también el efecto de los recortes salariales. Los empleados públicos cobran menos desde el pasado 1 de junio. El Banco de España cree que esta reducción servirá de «efecto escaparate» para el sector privado, y ha animado a las empresas a utilizar la cláusula de descuelgue prevista en la reforma laboral con vistas a aliviar la factura de las retribuciones a sus empleados. Incluso sin acudir a estos procedimientos, la moderación salarial será un hecho a medida que se vayan incorporando los convenios de nueva firma, que conllevan incrementos del 1% como media frente al 1,4% de los plurianuales. Menores ingresos se traducirán en menor consumo.

Consecuencias del ajuste

Agotados los efectos de los planes de estímulo -proyectos locales, ayudas a la compra de coches-, en los próximos meses se hará notar el impacto del recorte de las inversiones en obra pública. Los incentivos a la economía sostenible llevan retraso, y algunos no verán la luz. Ayuntamientos y Comunidades Autónomas empiezan a aplicar las mismas políticas de austeridad que el Estado. La aportación de otras fuentes de renta distintas de las salariales irá desapareciendo paulatinamente. La demanda débil retrasará el traslado de la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido a los precios finales. La inflación seguirá dentro de los límites que marca el Banco Central Europeo para los países de la zona euro. Pero lo que es bueno para los consumidores no ayudará a la recuperación de la actividad de las empresas, que tendrán que soportar el impacto fiscal con cargo a sus márgenes.

Las deducciones

A la inversión en inmuebles le quedan todavía unos pocos meses de relativa alegría. La deducción generalizada por compra de la vivienda habitual se acaba el 1 de enero de 2011 y es probable que hasta entonces puedan crecer ligeramente las transacciones y las hipotecas desde los niveles mínimos en que se encuentran. Pero esta posibilidad choca con la política restrictiva de concesión de créditos y con la situación del mercado laboral.