Vendimiadoras descargan la uva recién cortada en uno de los viñedos del Marco. Las hectáreas que no se cortarán no tendrían que traducirse en menos jornales. :: LA VOZ
Jerez

Los viticultores calculan que unas 1.500 hectáreas no se vendimiarán este año

La pérdida de ese 15% del Marco hará que la cosecha sea muy parecida a la del pasado año pese a las grandes lluvias

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Cuando falta apenas un mes para el inicio de la cosecha de la uva para el vino de Jerez, el aspecto que presentan muchas viñas de la zona, cargadas de enormes racimos, invita ya a hacer los primeros cálculos y a pensar que la producción que se recogerá será muy grande. Es lo que parece lógico después del buen año de lluvia que ha vivido el Marco de Jerez, y sobre lo que algunas empresas bodegueras de la Denominación ya estaban alertando. No en vano, con la crisis de excedentes y de ventas existente, agravada ahora por la sanción de la Comisión Nacional de la Competencia, a casi nadie se le escapa lo inoportuna que sería ahora una vendimia voluminosa.

Pese a todo, las apariencias engañan en el Marco, como ponen de relieve los viticultores, que dejan claro que sólo hay que profundizar un poco y hacer un recorrido por las distintas explotaciones inscritas en el Consejo Regulador para percatarse de que no hay que precipitarse en los cálculos e, incluso, para aventurar que pese a todo «la cosecha de este año va a ser muy similar a la de 2009 o como mucho un 10% más alta», como destaca el presidente de Asevi y vocal del Consejo Regulador del Vino, Francisco Guerrero. Y hay que recordar que la vendimia del pasado año es una de las más escasas de los últimos años, ya que se recolectaron 73 millones de kilogramos, un 17% menos que en 2008 cuando la uva recibida en los lagares sumó 88 millones, y muy por debajo de la media de las campañas más recientes, que se ha situado en torno a los 100 millones.

Para Guerrero, a la hora de prever la producción de este año hay varios factores que se deben tener en cuenta, «además de la gran cantidad de racimos por el agua que ha caído», y una de ellas es sin duda el número de hectáreas que no se van a vendimiar este año o cuya materia prima no va a tener como destino final la elaboración del vino de Jerez. Es decir, que «aunque hay más uva también hay menos viñas». En este punto, el líder de Asevi explicó que no es descabellado fijar en alrededor de 1.500 las hectáreas por las que no pasarán las cosechadoras o las cuadrillas de vendimiadores «porque ya se han arrancado por las ayudas de la OCM, porque están abandonadas y no se van a recolectar o porque su producción se ha perdido por la plaga de mildiu que ha atacado a algunas zonas». A eso hay que sumar la producción que está inscrita en el estudio de viabilidad que se está realizando con la Junta para testar los productos complementarios y «que no estará en el mercado».

Así, Guerrero recuerda las alrededor de 560 hectáreas que se han arrancado en el Marco, o las alrededor de 400 que ya se han 'desenganchado' porque se van a dedicar al estudio del Plan de Viabilidad. A ellas hay que sumar las alrededor de 500 que suman las abandonadas y cuyos propietarios no van a recolectar este año por falta de rentabilidad o las que tienen la uva muy dañada por los hongos (sobre todo por algunas zonas como Trebujena y Sanlúcar), entre otras.

Al final, es nada menos que un 15% menos de superficie en esta campaña, ya que el dato de la última memoria del Consejo Regulador cifra en casi 9.625 las hectáreas totales inscritas en la Denominación de Origen. Esa misma memoria, que califica de «significativamente corta» la cosecha de 2009, también recoge que durante la vendimia del año pasado no se vendimiaron unas 350 hectáreas de un total de 218 explotaciones inscritas, por lo que sólo un 3% se quedó sin cortar.

Lo que no se pone en duda es la calidad de la uva que se va a recolectar, salvo en los casos en los que se haya perdido la cosecha por el mildiu o alguna otra enfermedad. Pero, en general, Guerrero explicaba que la materia prima está madurando muy bien, aunque todavía esté algo retrasada y esté ganando grados baumé (los que miden el potencial alcohólico) lentamente. Claro que desde Asevi calculan que todavía queda todo el mes de agosto por delante, y «con unos pocos días en que salte el viento de levante y haya temperaturas altas irá subiendo la concentración hasta alcanzar los 12,5 grados mínimos necesarios». Será el momento de sacar las tijeras.