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La incapacidad política para frenar el crimen desmantela el Gobierno mexicano

Calderón destituye al tercer ministro de Interior en menos de cuatro años y también releva a los titulares de Economía y Presidencia

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La violencia del narcotráfico y el fracaso del derechista Partido Acción Nacional (PAN) en los comicios locales y regionales mexicanos del 4 de julio han pasado factura al Gobierno de Felipe Calderón. El presidente azteca, que asumió el poder hace casi cuatro años, ha pretendido terminar con la disidencia interna y con el aumento de crímenes reformando su gabinete, del que sustituyó el miércoles a los ministros de Interior, Economía y Presidencia. Hortencia Aragón, secretaria general del aliado electoral del PAN, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), alabó los cambios porque «ponen fin a un periodo constante de confrontación en el país».

El tercer titular de Interior en la legislatura de Calderón, Fernando Gómez Mont, renunció al cargo que ostentaba desde noviembre de 2008 tras una larga polémica. Continuó como ministro después de abandonar la militancia en el PAN por su desacuerdo con la antinatural alianza del partido y el PDR en seis estados. Además, tampoco estuvo bien visto que llamara a los defensores de los derechos humanos «tontos útiles» para el narcotráfico.

Su lugar lo ocupa ahora, no exento de controversia, José Francisco Blake Mora, secretario de Gobierno del estado de Baja California. Calderón destacó su labor como diputado de la región fronteriza al hacer frente «de manera decidida al problema de la violencia y al crimen organizado». La responsable del PDR, en la misma línea, expresó su confianza en que la llegada de Blake permita que entre todos los partidos se logren «las mejores soluciones para la población en temas como el narcotráfico, las finanzas del país, la educación y el empleo para los mexicanos».

Y es que uno de esos objetivos persigue a Calderón desde su toma de posesión en diciembre de 2006. A su llegada a Los Pinos desplegó 45.000 soldados y 20.000 agentes federales en los lugares más conflictivos de la república. Pero sus esfuerzos no han evitado que durante estos casi cuatro años unas 25.000 personas perdieran la vida como consecuencia de las luchas de carteles.

Cinco víctimas más deslucieron el nombramiento del nuevo luchador contra el crimen. Tres mujeres, un hombre y un niño murieron tiroteados en el municipio de San Miguel Soyaltepec, en los límites del estado de Oaxaca con Veracruz, al sur del país. Según la Policía, un grupo de individuos armados cerró el paso al taxi en el que viajaban los fallecidos y, sin darles tiempo a reaccionar, disparó a quemarropa contra ellos.

Varios analistas no comparten la opinión del presidente mexicano en cuanto a Blake. No sólo han destacado el bajo perfil político del nuevo ministro, sino que han asegurado que su mérito es la cercanía y lealtad a Calderón. Incluso le responsabilizan de la pérdida de todas las alcaldías de Baja California en las pasadas elecciones. Para el politólogo Carlos Elizondo Meyer aunque la estrategia para reducir la violencia en la región«dio resultados positivos», no se puede trasladar a nivel nacional porque los problemas son de otro tipo.