La seguridad de la estación, en entredicho

En menos de una hora, hasta cinco vehículos particulares han accedido a los andenes de la estación provisional, topándose de frente con los autobuses que entran y salen en hora punta de las instalaciones. Es una de las temibles consecuencias de la escasa señalización existente para advertir del nuevo uso que hace un año adquirió esta parcela de la empresa Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) a la espera de la puesta en marcha de la estación de transportes prevista en la Plaza de Sevilla.

Tampoco los peatones tienen regulada la entrada o salida al recinto, por lo que con frecuencia comparten su camino con el de los autocares, sin que nadie se lo impida, ya que tampoco hay personal de vigilancia para evitar estas situaciones o para facilitar las maniobras a los conductores en el interior de los andenes.

Son, tan sólo, algunas de las deficiencias de seguridad denunciadas por el comité de empresa de Transportes Comes, harto de llamar a las puertas de las diferentes administraciones sin encontrar soluciones. «Hasta que no ocurra algo más grave nadie va a actuar, y nosotros ya lo estamos advirtiendo, porque vemos estas acciones a diario», apunta Francisco Rafael Ortiz, delegado de Prevención y miembro del comité en Cádiz, que recuerda que hasta ahora ya se han producido al menos tres atropellos sin consecuencias y varias caídas de usuarios.

Sin embargo, las deficiencias de la estación van más allá de la falta de seguridad. Los usuarios que utilizan este medio también se ven afectados por los diferentes problemas que arrastran las instalaciones. Las personas con movilidad reducida son las más perjudicadas, ya que el desnivel de los andenes, que los sitúa en pendiente, dificulta la subida a los autobuses. En ocasiones, la altura desde el suelo hasta el vehículo es superior a medio metro. Tampoco las rampas para minusválidos pueden utilizarse siempre, ya que cuando hay dos autocares aparcados en los andenes, no hay sitio suficiente para instalarla. En el interior de las caracolas instaladas de forma provisional, los problemas se multiplican. Los urinarios de los aseos masculinos están inutilizados desde hace meses y los pomos de las puertas han desaparecido. Tampoco existen accesos suficientes a las instalaciones y ayer tan sólo se podía entrar a través de una de las puertas. Las dos restantes estaban cerradas porque habían sufrido diferentes desperfectos.

El suelo, las tapas del wáter, los dispensadores de jabón y papel higiénico o las líneas eléctricas tampoco se encuentran en condiciones óptimas para su uso.

En mal estado

La concejala socialista Marta Meléndez ya denunció este deterioro durante el pasado pleno y pidió el arreglo de los mismos con carácter inmediato, una propuesta que fue rechazada por el Ayuntamiento, que aseguró que éstas son competencias del Consorcio de Transportes. Esta respuesta fue criticada por la edil del PSOE, que aseguró que en los presupuestos del Consistorio existe una partida presupuestaria para el mantenimiento de las caracolas, que aún no se ha utilizado.

Por su parte, el comité de empresas de Comes también ha enviado varios escritos a las diferentes administraciones competentes para que conozcan esta situación y solventen las deficiencias. Sin embargo, a día de hoy nadie se ha hecho cargo de estos problemas, que tarde o temprano, podrían provocar una tragedia.