PAN Y CIRCO

UNA SUCIA SOMBRA

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Si hace unos meses hablábamos de los fallos de Iturralde González cuando arbitraba al FC Barcelona, ahora debemos hablar de fallos mucho más graves y que implican a mucho más que un club, a un país. A varios pases. En el Mundial 2010 de Sudáfrica, ese anodino campeonato que comienza a brindarnos la parte del torneo más importante, además de las vuvuzelas, los segundos protagonistas han pasado a ser, lamentablemente, los árbitros, cuyo trabajo está siendo más que cuestionado, a la vista saltan los resultados que están provocando sus errores. Y es que al contrario que sucede en deportes como el baloncesto o el tenis, el fútbol no avanza sospechosamente. Si bien en la ACB o NBA cualquier jugada dudosa es re-arbitrada al instante, pudiéndose cambiar el veredicto inicial de los colegiados, en tenis sucede exactamente igual, de la mano del ojo del halcón. El hecho de que en el fútbol no se implante este sistema no hace más que crear una enorme mancha de dudas sobre la competición, que puede estar adulterada viendo que a pesar de las injusticias creadas no se hace nada al respecto. Maradona y su gol con la mano, el gol de Míchel a Brasil, el codazo de Tassotti , el lamentable arbitraje de Al Ghandour, y lo sucedido durante esta semana de fútbol son motivos más que suficientes para abrir las puertas de la tecnología a la industria que más dinero genera del deporte. Parece que a alguien le interesa que se sigan comiendo fallos. El director de arbitraje de FIFA es José María García-Aranda Encinar, ex árbitro de Primera División, y Ángel María Villar ostenta precisamente un alto cargo en la organización que rige el fútbol mundial. Pero por el momento para lo único que se ha pronunciado la FIFA es para decir que se van a suprimir las repeticiones instantáneas en las pantallas de los estadios. ¿Es esto la solución? Eso es sólo la punta del iceberg. Qué manera de ensuciar el deporte.