BAÑO

El tiempo ya no invita a otra cosa que no sea irse a la playa a pegarse un baño reparador y aislarse por unas horas de la crisis, pues para comer una tortilla y unos pimientos fritos todavía nos llega. Los vascos, como tienen un poder adquisitivo más alto, se pueden permitir el lujo de veranear, y los de 'La Bella Easo' (nombre poético de San Sebastián) decidieron darse un bañito en 'la ciudad desinformada' (nombre que un periodista le ha puesto a Cádiz). Como nuestra hospitalidad no tiene parangón, les convertimos el fortín de Carranza en una playa, a la que sólo le faltó la bandera azul, pues ni ellos mismos se esperaban un sábado tan plácido, un partido tan sencillo. Entraba en las cuentas que este partido se perdiera, pero no de la forma en que se hizo, y una cosa es tenerle respeto al primer clasificado y otra es salir cagado de miedo. Se les regaló el partido desde el minuto uno, y si no fuera porque nos estamos jugando la vida alguno diría que estaba amañado, porque no es lógico que se les diera tantas facilidades, no es lógico que no les diéramos bocados. Por no hacerles, no le hacíamos ni faltas; fue un coser y cantar que no terminó en goleada porque ellos no quisieron. Parece como si se hubieran guardado las fuerzas para Huesca, pues en las cuentas pensaban que tanto Levante como Elche iban a ganar a sus enemigos, que son dos implicados en el descenso, pero como sucedió lo contrario, la relajación cadista ha sido casi un suicidio. La cosa no está para regalar nada, y menos un partido cuando sólo faltan tres. Dios quiera que no nos tengamos que acordar de tamaña estupidez. El asunto está serio, nos la vamos a jugar en Huesca en un partido que se me antoja a cara de perro, y espero que tampoco nos pase factura este cambio de dinámica. Llegó la hora de los valientes, ya no hay más cera que la que arde, así que a dejarse de tonterías y a comérnoslos crudos.