Los usuarios tienen que viajar en asientos rotos, sucios y mal tapizados. :: cristóbal
Jerez

Una flota que tal vez no sobreviva al verano

Circulan con tapicerías rotas y sucias, suelos con agujeros, repuestos extraídos de los coches retirados y una falta total de mantenimiento La falta de inversiones por parte de Cojetusa ha provocado que los autobuses se caigan a pedazos

JEREZ. Actualizado: Guardar
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A estas alturas, lo raro no es ver un autobús de Cojetusa que presente mal aspecto, lo realmente sorprendente es hallar alguno que esté en condiciones de ofrecer el servicio de calidad que se merecen los usuarios.

La herencia que le caerá al Ayuntamiento cuando asuma la gestión del servicio de transporte urbano es todo menos una perita en dulce, y sólo hay que hacer un pequeño ejercicio de observación y esperar los coches que van y vienen en la céntrica parada de la plaza Esteve para constatar que cuando los jerezanos dicen eso de que «viajamos en auténticas tartanas» no están exagerando lo más mínimo.

El coche 27 de la línea 6, el número 17 de la 3, el autobús 15 de la ruta 11, el 38, el 4... Los ejemplos son abrumadores y traen de cabeza a los mecánicos de la empresa Cojetusa, que ya no saben qué hacer para que los vehículos puedan circular y que llegan a afirmar que pasan «verdaderos apuros para sacarlos a la calle».

Algunos de los mecánicos de la plantilla consultados confirman que desde que a final de 2007 los propietarios de la concesionaria (FCC) no pudieron vender la compañía -como hicieron con la matriz CTSA y el resto de compañías del sector- «se cortó el grifo de las inversiones y dejaron de preocuparse por el estado de los coches».

El cambio de escenario fue radical, y si en aquellos tiempos se dedicaban horas de trabajo al mantenimiento de la flota, o un autobús no salía a la calle porque le faltaba siquiera una goma, o se cuidaba hasta el último extremo la limpieza y el estado de los coches, ahora «salimos del paso como podemos y por muy gordo que sea el problema que tengan nos la tenemos que ingeniar como sea para sacarlos del garaje en unos 15 minutos», narraba uno de estos mecánicos.

Según los cálculos de estos profesionales, de los 60 que están en servicio en la actualidad sólo un 20% están en buenas condiciones, y hay demasiados coches que han sobrepasado con creces el millón de kilómetros -el que menos alcanza ya los 800.000-. No hay que olvidar que sólo una docena de coches tienen apenas dos años de antigüedad, mientras que hay un buen número cuya vida se extienda a los años 1995 y 1998.

Eso no sólo supone que los usuarios viajan en autobuses que no son del todo seguros, sino también que «se está dilapidando todo el gasto que se ha hecho durante años en mantenimiento». Sin ir más lejos, cada seis meses los autocares deben pasar la preceptiva ITV y «eso es costoso, sobre todo porque ni uno la pasa a la primera».

«No aguantarán»

En tan malas condiciones están los autobuses que los mecánicos de Cojetusa no pensaban que pudieran aguantar el sobreesfuerzo del servicio de Feria. De hecho, un motor se ha gripado -y ya se han desguazado todos los coches que están retirados para sacarles las piezas todavía útiles- y a otro se la ha ido la caja de cambios durante esa semana.

Por el mismo motivo, estos trabajadores no dudan en afirmar que «es complicado que la flota pueda sobrevivir en líneas generales al próximo verano, con las altas temperaturas, con los aires acondicionados que funcionan mal, y ya sin piezas de repuesto porque les hemos sacado las tripas a todos los coches viejos».

Y si no, echen un vistazo y fíjense en las puertas que no cierran bien, los tornillos para soldar los amortiguadores, las ruedas recauchutadas, los rótulos que no funcionan, los tanques de gasoil picados y que van tirando combustible, los agujeros en suelo y techo, los asientos rotos, la tapicería sucia, los extintores caducados, la goma gastada del suelo que deja ver los adoquines, los remaches en la chapa...