La patronal turística huye de «alarmismos» y niega que el ébola esté castigando al sector en España

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“No es el momento de especulaciones ni de generar alarmismos innecesarios”. Con este llamamiento, la patronal turística intentó este jueves minimizar los perjuicios que pueda sufrir el sector en España a consecuencia de los posibles temores desatados en los mercados emisores tras el primer caso de contaminación del virus del ébola en España y el posible contagio a otras personas. Según sus datos, hasta ahora no se han registrado efectos negativos, al menos, no constatables en números.

“A día de hoy no se ha experimentado un descenso ni en las demandas ni en las ventas debido al efecto individualizado y puntual del ébola en Madrid”, destacó José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, el ‘lobby’ que reúne a las principales empresas nacionales que dependen del turismo, desde aerolíneas a agencias de viajes y compañías hoteleras. “Es más”, añadió, algunas de las empresas han registrado mejora en sus reservas “en las últimas 48 horas", aunque no abundó más.

Sí reconoció, no obstante, una ralentización en la actividad del sector turístico en España –termina el año con un crecimiento medio del 2,4%, frente al 2,9% que registraba este verano- que achacó a distintos factores coyunturales como el parón económico en las economías del euro, el enfriamiento del mercado emisor ruso -uno de los que había crecido con más fuerza en los dos últimos años en su demanda- y la recuperación de la oferta en Egipto tras los conflictos de los últimos tiempos, amén del descenso propio de la temporada invernal. “Llevamos un año extraño”, explicó Zoreda, aunque “el turismo sigue siendo la punta de lanza de recuperación de la economía española con capacidad para generar empleo”.

Por eso, el responsable del ‘lobby’ turístico insistió en que se eviten “polémica inútiles”, lo cual ve compatible con realizar un “seguimiento atento” de la marcha del problema y las medidas que la Administración está adoptando al respecto. En este sentido, valoró el trabajo de los profesionales sanitarios. “Confiamos en su profesionalidad y en el renovado compromiso de las máximas autoridades competentes, a fin de asegurar los protocolos más estrictos de gestión clínica”, enfatizó su discurso.

También abogaron este jueves por mantener la tranquilidad las autoridades, tanto estatales como municipales. Así, el ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, destacó que España tiene uno de los sistemas sanitarios de mayor calidad en el mundo. Aunque evitó referirse directamente al tema de ébola, sí destacó el alto nivel de los profesionales españoles y que la seguridad es un “activo importante” para potenciar el sector turístico. Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, destacó precisamente que la capital del país es “un destino seguro” y que la colaboración público-privada en esta y otras cuestiones siempre es “positiva”.

Cuidado con el "factor miedo"

Sin embargo, desde el Banco Mundial echaron este jueves un jarró de agua fría sobre la aparente tranquilidad de empresas y políticos respecto a los efectos negativos que pueda tener en el turismo la aparición del virus del ébola en Madrid. El presidente de esta institución internacional, el coreano Jim Yong Kim, advirtió desde Washington que, según sus datos, ya está habiendo “consecuencias económicas” para España, en forma de cancelaciones de reservas de billetes en compañías aéreas. Fuentes de las aerolíneas nacionales Iberia y Air Europa, no obstante, negaron que en su caso se esté produciendo tal hecho.

Según Yong Kim, “el factor miedo puede expandirse muy rápido” en este tipo de casos, de modo que abogó por que todos los países –ya afectados o no- adopten medidas de precaución frente a un virus que ya no se circunscribe sólo a una parte del mundo. “Esto seguirá a menos que se actúe”, advirtió. A este respecto, el Comité de Seguridad Sanitaria de la UE estudiará en su reunión del próximo día 17 si introducen controles médicos a los pasajeros que lleguen a territorio comunitario en vuelos procedentes de los países de África Occidental afectados por el brote de ébola siguiendo el ejemplo de EEUU, que ha anunciado que empezará a tomar la temperatura a estos viajeros para tratar de detectar posibles casos de la enfermedad.