El inoportuno debut del GP de Rusia

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La Fórmula 1 está sumida en una profunda depresión. Todo el 'paddock' ha llegado a Rusia con caras largas, miradas perdidas y un solo pensamiento: el estado de Jules Bianchi. El circuito de Sochi se estrena en el calendario de la Fórmula 1 en el peor momento posible, en un Gran Premio de Rusia que a nadie le apetece disputar, porque los pensamientos están en el Hospital Universitario de Mie, en la ciudad japonesa de Yokkaichi. Todos los pilotos, sin excepción, han confesado que no tienen la cabeza en el gran premio. El difícil momento que está atravesando su compañero de Marussia hace que todos los pensamientos acerca de competir en un nuevo circuito se hayan difuminado.

Pero son profesionales y, como tales, cumplirán con su deber, que es disputar el gran premio más triste de los últimos años. Los organizadores se han empeñado en conferir a este trazado el mayor espíritu deportivo posible. No en vano, está construido, en parte, sobre las instalaciones de los pasados Juegos Olímpicos de Invierno. Más allá de la carga emocional que lleven a cuestas, este circuito supondrá todo un reto para los pilotos. La inmensa mayoría de ellos sólo lo conoce por el simulador, los planos y los paseos que este jueves en el circuito ruso. Con una carga aerodinámica media, muchos lo comparan con Suzuka y, sobre todo, con Singapur. Varias curvas prácticamente de 90º, una larguísima recta de 650 metros y, sobre todo, una curva larga, la número 3, con ciertas reminiscencias a la mítica curva 8 de Turquía. La FIA ha establecido dos zonas de DRS, en la recta principal y entre las curvas 10 y 12, que supondrán todo un reto en un trazado donde aún no ha dado tiempo a establecer las referencias. En definitiva, un nuevo y complicado circuito 'made in Tilke' en un momento bastante inoportuno para los pensamientos de todos los miembros de la familia de la Fórmula 1.

En los entrenamientos libres de este viernes, el valenciano Roberto Merhi tendrá su tercera oportunidad a los mandos del Caterham de Kobayashi. El español, que se rumoreaba que podría competir todo el fin de semana, sigue con su adaptación a la Fórmula 1 y, en este caso, no será el único no habitual en la pista. El piloto local Sergei Sirotkin, de Sauber, se estrenará en unos libres de Fórmula 1, además, ante su público.

«Tous avec Jules»

Este viernes será un viernes extraño. Jules Bianchi, evidentemente, será el gran ausente en pista. No así en los pensamientos de todos. Su compatriota Jean Eric Vergne ha auspiciado una campaña de apoyo a su amigo, y ha repartido entre todos los pilotos de Fórmula 1, GP2 y GP3 pegatinas con una frase sencilla, pero contundente: «Tous avec Jules #1». Este «Todos con Jules #17» será un mínimo homenaje que han querido tener sus compañeros, que no le olvidan.

Felipe Massa, Adrian Sutil, Daniil Kvyat, Jenson Button, Fernando Alonso y Sebastian Vettel fueron los elegidos por la FIA para comparecer ante los medios de comunicación en la rueda de prensa previa al gran premio. Sus caras lo decían todo: rostros serios, miradas perdidas, ni un atisbo de sonrisa, y ojeras. Fernando Alonso era uno de los más afectados.

El piloto asturiano, buen amigo de Bianchi, se miraba las uñas, agachaba la cabeza y se mostraba más incómodo que nunca. Él era el más afectado de los seis. «Va a ser una carrera muy dura. Obviamente todos nuestros pensamientos están con Jules. Nuestras mentes están allí porque tenemos mucho respeto por nuestro trabajo, pero cuando hay accidentes tan grandes, no hay palabras para describirlo. pero lo puedes percibir. Emocionalmente es muy difícil. Estamos preparados para competir. Correremos por él, siendo todo lo profesionales que podamos, pero definitivamente nuestros pensamientos, o al menos los míos, están con él, rezando por él», señaló, muy afectado.

«Yo pude haber muerto»

Evidentemente, el accidente del pasado domingo fue el epicentro de toda la rueda de prensa. Una de las partes más interesantes fue cuando preguntaron a los pilotos por la posibilidad de hacer los 'cockpits' cerrados con cúpulas. Fernando Alonso se mostró totalmente a favor. «Creo que estaría de acuerdo en, al menos, probar la idea. Estamos en 2014, tenemos la tecnología, y en aviones y otros grandes ejemplos lo usan de manera exitosa. ¿Por qué no pensar en ello? Todos los grandes accidentes en los últimos años en los deportes de motor han acabado con lesiones en la cabeza, una de las partes del cuerpo que no están en lo más alto de seguridad», afirmó, antes de hablar desde su propia experiencia.

«En mi caso, en 2012 en Spa, podría haber muerto en la primera curva si (el coche de Grosjean) hubiera pasado diez centímetros más cerca de mi cabeza. Si la tecnología está disponible y hay posibilidades, yo no lo excluiría"» zanjó. Felipe Massa, que describió la carrera de Japón como la peor de su vida -«Incluso peor que la de mi accidente, señaló, también muy afectado-, Jenson Button o Sebastian Vettel, se mostraron de acuerdo con Alonso. Veremos si la FIA tiene en consideración estas ideas.

Mientras tanto, en Marussia no tienen nada claro qué hacer este fin de semana. El piloto probador del equipo, Alexander Rossi, ha sido inscrito para competir con el número 42 en el monoplaza de Bianchi, pero la escudería ha confirmado que este viernes deciden si finalmente salen a rodar con dos coches o dejan sólo a Max Chilton en pista. Los ánimos, obviamente, no están ni para desarrollar una carrera en condiciones, ni para pensar siquiera en competir a la máxima altura.