Rousseff se jugará la reelección con el 'esprinter' Neves

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El 'huracán' Marina Silva, finalmente, no apareció en Brasil. La ecologista irrumpió en la carrera electoral con un buen puñado de sondeos que apuntaban a que en una segunda vuelta podría derrotar a la actual presidenta del país sudamericano, Dilma Rousseff, que este domingo se impuso en la primera ronda de las presidenciales con un 41,31%, insuficiente como para acceder por la vía rápida a la reelección. La heredera política de Lula da Silva se la jugará el próximo 26 de octubre con Aecio Neves, el 'esprinter' socialdemócrata que en la última semana se despegó de la discrección del pelotón y se coloco en el grupo de cabeza destacado de cabeza.

El último golpe de pedal llegó el sábado por la noche, en plena jornada de reflexión, cuando dos encuestas abrían la puerta a que las llaves del Palácio da Alvorada no tenían porque recaer en una mujer. Neves, un político de casta desahuciado por los estudios de intención de voto hace un mes, recibió el apoyo del 33,78% brasileños frente al 22% de Silva que le dejó fuera de carrera.

La presidenta compareció cuando quedaba poco para confirmarse el resultado definitivo para agradecer "al pueblo" que le dio su "confianza" y le transmitió "un mensaje, un recado simple, que dice que debemos seguir en esta lucha junto a cada uno de esos electores para cambiar a Brasil", según afirmó.

Expresó también una gratitud particular a su antecesor y mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva. "Sin el presidente Lula no habría llegado a donde llegué ni habría realizado el sueño de hacer un Brasil mejor", aseguró.

Neves, por su parte, llama ahora a los derrotados a apoyarle para provocar el cambio al frente del país sudamericano, en una clara referencia a los seguidores de la líder ecologista. El político ha advertido que no tiene que haber dispersión porque aún está "a mitad de la travesía", parafraseando las palabras de su abuelo, Tancredo Neves , cuando fue investido presidente.

Un guante que Silva no aceptó, ya que evitó posicionarse a favor de ningún candidato, algo que queda en "manos del diálogo" y "del programa electoral de cada uno". "Brasil señaló claramente que no está de acuerdo con lo que ahí está", ha afirmado en alusión a la actual jefa del Ejecutivo.

Doce años en el poder

En sus 12 años en el poder, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva logró que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, tornando a la primera mujer presidenta de Brasil en la gran favorita de estos comicios. Pero millones de brasileños también reclaman un cambio, tras cuatro años de magro crecimiento en la séptima economía mundial -el mercado espera un PIB de apenas 0,3% este año-, elevada inflación (6,5%) y escándalos de corrupción vinculados al PT.

Acostada en la famosa playa de Copacabana de Rio de Janeiro, leyendo en la arena, Barbara Souza, de 37 años, cuenta que votó "por un cambio". "Este gobierno no me gusta nada. Iba a votar a Marina, pero al final voté por Aecio solo por las encuestas [que lo dan ganador], para que tenga más chances de vencer a Dilma", explicó.

El pinchazo de Marina

Más de un millón de brasileños, sobre todo jóvenes de clase media, salieron a las calles en junio de 2013 a reclamar mejores servicios públicos y un freno a la corrupción política. Marina Silva intentó encarnar este cambio prometiendo una "nueva política" cuando se convirtió en presidenciable tras la muerte del candidato oficial del PSB, Eduardo Campos, en un accidente aéreo en agosto. Pero en los últimos días Neves, del poderoso Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) la había relegado al tercer lugar en estas elecciones que se convirtieron en un 'thriller' político.

"Marina subió por la muerte de Eduardo Campos, que provocó una conmoción nacional, y ella se presentó como una alternativa. Pero no es una alternativa" sino "una fuerza conservadora" y evangélica, cuenta Carlos Alberto Alkmim, politólogo y profesor de la Universidad Católica de Rio. La batalla PSDB-PT representa "la bipolarización que viene ocurriendo hace varias elecciones", con ambos partidos en el centro del espectro político, afirmó.

Además de presidente, los 142,8 millones de brasileños convocados a las urnas debían escoger este domingo a la totalidad de la Cámara de Diputados (513) y a un tercio del Senado (27), así como a 27 gobernadores y 1.059 diputados estatales.

Urnas electrónicas en la Amazonia

Las elecciones son consideradas las más informatizadas del mundo, gracias a su sistema de urnas electrónicas 'Made in Brazil'. En plena Amazonia, el gobierno colocó incluso urnas electrónicas flotantes, hasta las que el pescador Antonio Lopes da Silva, de 33 años, llegó en canoa, remando, y en las que se identificó con su huella digital.

"Trabajé toda la madrugada, pescando, pero quiero votar rápido. Quiero hacer valer mi derecho de mejorar nuestro país (...) Siempre cambiamos de político pero el país no mejora", dijo este pescador en el Lago do Catalao, en la ciudad de Iranduba, cerca de Manaus, sin revelar su voto.