El mundial de Kresimir Cosic

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En la época en la que el baloncesto daba sus primeros pasos para convertirse en un deporte de masas y se conformaban las primeras leyendas apareció un joven talento croata que daría la vuelta a las directrices básicas del deporte. El joven de Zagreb armonizaba su altura de pívot dominador 2,11 metros con movimientos y capacidades propias de un jugador exterior cuando encontró acomodo en el Zadar a los 16 años. Perfeccionó sus saltos verticales desde 5 o 6 metros cuando se encontraba con rivales con problemas de agilidad y ya encontró acomodo en la selección yugoslava que consiguió la plata en el mundial de 1967.

Sin embargo, su punto de partida hacia el estrellato lo dio en el torneo celebrado en su país en medio de una gran crisis económica que aguijoneaba al estado comunista de Yugoslavia. La organización clasificó a los balcánicos para la fase final sin jugar un solo partido, mientras que favoritos como Brasil, la Unión Soviética y EEUU jugaban una pase previa.

La última ronda se celebró en el moderno Hala Tivoli de Ljubiana, donde los 7.000 espectadores (la mayoría eslovenos) disfrutaron del talento de un hombre grande con un gran juego de pies. Los marcadores de Italia, Brasil, Checoslovaquia, Uruguay, Estados Unidos y la Unión Soviética comprobaron que era imposible frenar a un jugador capaz de penetrar, lanzar ganchos de espaldas o tirar con efectividad desde fuera de la bombilla. Así, se convirtió en el máximo anotador de los 'plavi' en cuatro de los seis partidos de la competición que terminarían ganando los yugoslavos a pesar de la derrota ante la U.R.S.S. en el último partido.

Su optimismo y simpatía se unieron a su gran nivel para recibir el cariño de sus compatriotas y abrir la mano comunista del mariscal Tito para dejarle marchar a una Universidad 'yanqui' de Provo (Utah). Al fin y al cabo, aquel metal que se colgó en aquel Mundial sólo fue el primero de sus grandes éxitos (tres europeos, dos mundiales y un oro olímpico) en un año que marcaría un hito por ser el primer europeo que triunfaba con todos lo honores en la entonces inalcanzable Estados Unidos.