Granadas de aturdimiento y gas lacrimógeno en una nueva noche violenta en Ferguson

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Seis personas resultaron heridas de bala y 31 fueron detenidas el lunes en una nueva noche de violencia en Ferguson, estado de Misuri, donde siguen las manifestaciones a raíz de la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco.

Las protestas y la violencia no han cesado en Ferguson desde que el 9 de agosto un policía blanco, Darren Wilson, matase a tiros a Michael Brown, un joven negro de 18 años que estaba desarmado en el momento de los hechos.

La Policía ha señalado que en la noche del lunes un pequeño grupo de manifestantes disparó y lanzó piedras y cócteles molotov contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos, apoyados por un vehículo blindado y un helicóptero. Cuatro policías y dos personas que participaban en esta protesta resultaron heridas de bala por disparos de los manifestantes, ya que las autoridades no abrieron fuego, según el capitán Ronald Johnson, jefe del cuerpo policial de Ferguson. Según el funcionario, treinta y una personas fueron detenidas durante la manifestación, que había comenzado de forma pacífica. En los incidentes resultaron también heridos cuatro agentes de policía por el lanzamiento de objetos por miembros del grupo de 200 manifestantes agresivos, de los cuales varios provenían de Nueva York y California, ha añadido Johnson.

"Por la noche hay una dinámica peligrosa", ha indicado el funcionario afroamericano. La noche "permite a un reducido número de agitadores violentos esconderse entre la multitud para luego tratar de sembrar el caos", ha manifestado. "Nuestros agentes recibieron intensos disparos", ha asegurado antes de añadir que la policía -a la que el presidente Barack Obama ha pedido mesura - no abrió fuego y sólo usó gases lacrimógenos como último recurso.

La Guardia Nacional había sido desplegada para ayudar a la Policía pero mantuvo perfil bajo cuando los agentes dispersaron a los manifestantes hacia las 23.00 horas (04.00 GMT).

Autopsias

El lunes fue levantado el toque de queda, que estuvo en vigencia el sábado y domingo pasados, explicó el gobernador Jay Nixon. Pero la controversia sobre la muerte del joven Brown está lejos de amainar. Según el forense elegido por su familia, el joven recibió al menos seis balazos, dos de ellos en la cabeza.

La Policía dice que al detener a Brown hubo un forcejeo en el que el joven intentó hacerse con el arma del agente. Pero algunos testigos afirman que en el momento de recibir los disparos Brown estaba con las manos en alto, sin oponer por tanto ninguna resistencia.

Este martes en la cadena NBC, el abogado de la familia de Brown, Benjamin Crump, ha considerado que la Policía hizo un uso "excesivo de la fuerza". En la misma cadena, la madre del joven, Leslie McSpadden ha dicho también que sólo cuando se haga "justicia" volverá la calma a Ferguson.

Prueba de la importancia de dilucidar el incidente es que se han encargado tres autopsias. Una, la han pedido las autoridades locales, otra la familia y una tercera el Departamento de Justicia. El forense Michael Baden, que examinó el cadáver del muchacho a pedido de su familia, dijo el lunes que no había encontrado señales de forcejeo con el agente de policía. Wilson habría sido herido en el incidente, aunque Baden precisó que no lo ha examinado. La ausencia de pólvora en el cuerpo de Brown apunta a que la pistola pudo haber estado a una distancia de hasta diez metros, según Baden, quien puntualizó que sus conclusiones son preliminares.

Un portavoz del fiscal del condado de Saint Louis ha indicado que un gran jurado, encargado de decidir si hay que procesar al policía, comenzará a estudiar el caso a partir del miércoles.