Las españolas Ona Carbonell y Paula Klamburg.

Carbonell y Klamburg, bronce en el dúo libre de sincronizada

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La plata parecía una obligación. Desde que Gemma Mengual y Paola Tirados consiguieran la plata en el Europeo de Helsinki en 2000, el segundo escalón del podio había sido el destino del dúo español. Sólo en 2008 no había estado la pareja nacional recibiendo la presea de las subcampeonas, y fue porque en Eindhoven la propia Mengual y Andrea Fuentes se subieron a lo más alto para colgarse el oro.

Por eso, el bronce logrado por Ona Carbonell y Paula Klamburg en la prueba de dúo libre de natación sincronizada del campeonato de Europa que se está celebrando en Berlín tiene el regusto amargo del puesto perdido.

Svetlana Kolesnichenko y Daria Korobova arrasaron. El equipo ruso se permitió el lujo de reservar a Svetlana Romashina para el Solo. Con la misma rutina que les valió el oro en el Mundial de Barcelona, alcanzaron una puntuación final de 188.0391 puntos. Ataviadas con unos bañadores con forma de guitarra eléctrica, brindaron una exhibición de potencia y técnica a ritmo de heavy metal.

Con las inalcanzables rusas a un nivel estratosférico, las posibilidades reales comenzaban a partir de la plata, el premio para las mortales. La principal amenaza era Ucrania.

Carbonell y Klamburg se lanzaron a la pileta con unos bañadores con tonos azules y blancos, diseñados por ellas mismas, que representaban unos relojes de aires dalinianos. La música del ‘Tempus Fugit’ de Antonio Niebla guió el ejercicio de las españolas, que cerraron la competición con 181.2331 puntos.

Llegó el turno de las ucranianas. Anna Voloshyna y Lolita Ananasova completaron una rutina vistosa y colorista, al estilo de su vestimenta, interpretando la banda sonora de la película ‘Hansel y Gretel, Cazadores de Brujas’, para alcanzar una puntuación combinada de 181.8483 que superaba a la pareja española por algo más de seis décimas y les daba la ansiada plata.

Ona Carbonell ejerció de líder del equipo nacional tras lograr el bronce y tiró de optimismo para señalar que confía en recuperar el escalón perdido en el próximo Mundial frente a las ucranianas. «Sabemos que podemos ganarlas. En técnico las hemos superado, así que estamos muy a la par », afirmó con contundencia, e insistió en que, «mejorando coreografía y ejecución», estarán en disposición de volver a colocarse inmediatamente detrás del dúo ruso. Del bronce dijo que era «un buen resultado», aunque precisó que habían cometido «algún fallito corregible». Destacó la actuación de su compañera en «la primera vez que hacía el dúo a nivel internacional absoluto».

Paula Klamburg, por su parte, desveló que sólo se había sentido «un poco nerviosa al principio» pero que se sintió «muy bien y muy a gusto con Ona», y señaló que, a partir de ahora, «el camino que tenemos es para mejorar y para luchar de cara al Mundial del año próximo en Kazán.

Bronce en Equipo

En Equipos, segundo bronce pero más de lo mismo. Con las ocho nadadoras rusas a un nivel excepcional, con acrobacias de una dificultad extrema y un ejercicio pulido hasta el más mínimo detalle, estaba por ver si España podía superar a Ucrania tras la decepción matutina. Las campeonas merecieron un inalcanzable 189.7601 puntos.

España había saltado antes a la piscina y había completado una digna actuación, aunque sin demasiadas sorpresas, que hacía presagiar que el oro de Eindhoven cambiaría su color por el menos valioso del bronce. Los 182.4800 puntos ya era vistos como insuficientes por las preparadoras españolas cuando aún no habían aparecido las ucranianas.

No defraudaron las ocho representantes de la república del Este de Europa. Con una rutina elegante, merecieron el favor de los jueces con una puntuación muy meritoria (184.1484 puntos), demostraron el salto de calidad y la consolidación entre la élite de la sincronizada mundial. Además, mandaron un mensaje muy claro al equipo español, que deberá buscar mayor dificultad y velocidad en sus ejercicios y coreografías más atractivas y pulidas para recuperar el terreno perdido en los próximos campeonatos.