Exhibición de virtudes en honor a Litmanen

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Goles para reforzar la moral y una práctica con espectadores en la que el Barcelona ejercitó durante 90 minutos las posesiones largas y los ataques estáticos frente a un rival encerrado. El partido homenaje a Jari Litmanen en Helsinki resultó positivo para la moral, el estado de forma y las sensaciones, pero se mostró cláramente insuficiente para conocer en qué momento exacto se encuentran los de Luis Enrique.

El técnico asturiano apostó por un once en el que predominaron los suplentes, con la ausencia total del tridente Suárez, Messi y Neymar pero con las presencias destacadas de una defensa formada por Bartra y Piqué -sin Mathieu y a la espera de Vermaelen- y un centro del campo en el que Iniesta y Busquets ejercieron de ejes en los que pivotó el juego. Lo demás, apariciones en llegada desde atrás y desmarques a la espalda para superar la bisoña pero poblada defensa de los finlandeses.

La oposición apenas alcanzó los cinco minutos, los que tardó el joven Munir en encontrar un desmarque que por supuesto vio Iniesta. El pase del manchego fue culminado por un remate en volea con la zurda del delantero. Poco después era Sergi Roberto el que se descolgaba desde la medular para fusilar a un Tornes que vio el doblete de Munir antes de retirarse lesionado, física y moralmente. Piqué firmó el póker en apenas veiniticinco minutos, rematando con clase una jugada del Barça trenzada dentro del área rival.

Dominio y ocasiones

El Barcelona sí mostró algunas de sus señas de identidad habituales, con el toque como bandera y una posesión por encima del 70 por ciento. Además, aportó una velocidad extra, especialmente en la primera media hora, aunque posteriormente se fue diluyendo contagiado por la comodidad del encuentro. En el aspecto positivo, la jerarquía de Bartra sacando la pelota, el desequilibrio de Rafinha y la aparición emergente de Munir, que por el momento goza de más minutos que Deulofeu.

La segunda parte comenzó con cambios. Uno de ellos, el croata Rakitic, sacó a relucir su golpeo a balón parado provocando un excelente cabezazo de Bartra en el 0-5 que terminó de matar el partido. Después vinieron nueve cambios consecutivos, y pese a la voluntad de los recién ingresados, con especial motivación de Deulofeu y Halilovic, el choque terminó por venirse abajo. Se desperezaron algo los locales y trataron de inquietar a un Masip inédito salvo en una buena parada a los pies de Konan. Al final, un fogonazo de Sandro, delantero del filial, que marcó un gran gol tras asistencia, cerró la media docena en una prueba que devuelve la moral tras caer frente al Nápoles y que hace a los de Luis Enrique seguir forjando su nueva personalidad.