Imagen de uno de los retablos recogidos en el libro.

Un libro recoge el patrimonio retablístico de Asturias de los siglos XVII y XVIII

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Hay veces que el arte más cercano es el que pasa más desapercibido. Eso es lo que ha ocurrido durante décadas con los numerosos retablos de estilo barroco de las iglesias de diferentes puntos del norte de España de los siglos XVII y XVIII, que han sido unos auténticos desconocidos tanto para asturianos como para el resto de ciudadanos, quienes no tenían hasta ahora la oportunidad de conocer y apreciar estas obras porque no había hasta el momento un estudio dedicado a ellos.

“La policromía de los retablos del norte de España se merecía un protagonismo mayor porque siempre ha estado a la sombra de la arquitectura y la escultura”, afirmó el autor de 'Policromía de retablos en el Norte de España: Asturias, siglos XVII-XVIII', Carlos Nodal. Este libro, editado por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, incluye obras como el retablo mayor de la iglesia de Puerto de Vega, relieve del ‘Martirio de Santa Marina’, en torno al año 1750; el retablo del Santísimo Cristo de la iglesia de Candás, del año 1749; el retablo mayor de la iglesia de Caleao, obra realizada por el leonés Manuel Monje Santos en el año 1725, o el antiguo retablo mayor de la iglesia de San Francisco de Oviedo.

Con este proyecto, Nodal pretende la revalorización y divulgación del patrimonio retablístico asturiano, tanto dentro como fuera del Principado. Y es que, aunque esta policromía de retablos es muy numerosa en Asturias, debido a su diseminación por todo el territorio, la población no los conoce. Por ello, Nodal desea que gracias a este libro llevado a cabo tras “pacientes y minuciosos trabajos de retrato fotográfico” todos los amantes del arte puedan contemplar estas obras. “A través de este trabajo deseamos dar a conocer una rama de la historia del arte prácticamente inédita en la historiografía asturiana que le había asignado un papel secundario en el estudio del retablo”, explicó el autor.

Además, el contexto de esta obra no es solo asturiano. El Cantábrico y la Meseta Norte también tiene su presencia porque, según Nodal, “no se puede deslindar el arte policromático de los retablos asturianos del barroco de los de su entorno, ya que muchos de los estofadores y doradores que los pintaron provenían de regiones limítrofes". Gracias a esta obra, se implantará la especialidad de la policromía en Asturias y servir de manual para aquellos futuros estudios especializados que se realicen en el norte de España. Según la Fundación, este libro es una herramienta necesaria y fundamental para el fomento de la conservación y la restauración de estas obras y un fondo documental científico para la consulta de restauradores, investigadores, académicos y docentes.

Durante la presentación del libro, la consejera de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno del Principado de Asturias, Ana González Rodríguez, resaltó la “importancia de la obra al centrarse en los retablos policromados que decoran buena parte de las iglesias asturianas”. Además, manifestó que las administraciones públicas tienen la obligación de proteger el patrimonio y de hacerlo llegar a todos los ciudadanos. Sin embargo, también reconoció que esto no siempre es sencillo porque “muchas veces no se cuenta con los recursos para mantener las obras en perfecto estado”. Por ello, quiso agradecer tanto al autor como a la Fundación su labor porque “ahora muchas obras que pasaron durante décadas desapercibidas están siendo redescubiertas”. Y es que, según la consejera, estos retablos pasaron “inadvertidos por las penosas condiciones en las que fueron conservados a lo largo de la primera mitad del siglo XX y que solo en los últimos tiempos hemos aprendido a descubrir y contemplar con los ojos asombrados de quien se encuentra, sin esperarlo, con un tesoro oculto que estaba a su alcance”.