BATALLA POR EL PODER

La guerra interna se recrudece en el PP vasco

A dos días del congreso de San Sebastián, no hay candidato a la secretaría general y el liderazgo de Arantza Quiroga se resquebraja

BILBAO Actualizado: Guardar
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La guerra interna se recrudece en el PP vasco. A apenas cuarenta y ocho horas para que arranque el viernes el congreso de San Sebastián, no hay candidato a la secretaría general y el liderazgo de Arantza Quiroga, cuyo reforzamiento era el objeto del cónclave, se resquebraja a medida que pasan las horas.

La presidenta de los populares se ha arriesgado, ha jugado fuerte y, de momento, va perdiendo. Anoche amagó con dimitir, pero sus colaboradores aseguran hoy que sigue firme al frente de la organización a la búsqueda de un 'número dos' de consenso.

La resolución del problema pasa por Álava, el territorio que da peso institucional al PP vasco, donde el enfado con Quiroga es mayúsculo. Primero por defenestrar a Iñaki Oyarzábal de la secretaría general para cortocircuitar la fuerza de Alfonso Alonso, portavoz popular en el Congreso, en la dirección vasca a través de su íntimo amigo Oyarzábal. Pero, además, por haber tratado de sustituirlo por el concejal vitoriano Manu Uriarte, inicialmente de espaldas a la organización alavesa.

Anoche Quiroga y los tres presidentes provinciales (Damborenea, Alonso y Sémper) no pudieron llegar a ningún acuerdo. Hoy prosiguen los contactos para tratar de anunciar el nombre antes de que finalice la junta directiva regional que esta tarde-noche se reúne en la capital alavesa y zanjar así el enfrentamiento.

Medios alaveses insisten en que el recambio de Oyarzábal debe ser de este territorio, y consensuado con el resto de la organización. El nombre del diputado ganeral de Álava, Javier de Andrés, sigue sobre la mesa. También el de una concejal y una parlamentaria.

Si se agudiza la tormenta, no sería descartable la intervención de Génova para evitar a cualquier precio llegar al cónclave donostiarra, que el sábado clausurará Rajoy, con las espadas en todo lo alto. Por cierto, como le ocurrió a Jaime Mayor Oreja cuando se hizo cargo del partido con el aval de José María Aznar.