BALONCESTO | EUROCOPA

El Valencia desborda al Khimki

Desbordó a su rival en la ida de los octavos de la Eurocopa y logra una prometedora renta de 16 puntos para la vuelta en Rusia

VALENCIA Actualizado: Guardar
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El Valencia Basket desbordó al Khimki Moscú (75-59) en el encuentro de ida de los octavos de final de la Eurocopa y su brillante partido, con una impecable defensa y una gran lectura ofensiva, se tradujo finalmente en una prometedora renta de 16 con los que viajará la semana que viene a Rusia.

El equipo ruso, el gran favorito de la competición, visitó la Fonteta tras quince victorias seguidas en el torneo pero en todo momento se vio superado por los locales, liderados por el incombustible Romain Sato y con Oliver Lafayette y Rafa Martínez muy inspirados.

El Valencia bordó el arranque de partido. Fluido en ataque como hacía semanas que no estaba, sorprendió a un desconcertado Khimki que se estrelló contra la adelantada defensa local. Rimas Kurtinaitis trató de despertar a su equipo con un temprano tiempo muerto y con un cambio triple poco después, pero el guión no cambió (21-9, m.7). De hecho, el que más partido sacó de la rotación fue el Valencia pues Lafayette y Ribas cogieron el testigo de Rafa Martínez que había tirado con sus triples del equipo en los primeros momentos. El trabajo menos vistoso corrió a cargo de Juanjo Triguero y Romain Sato (28-12, m.10).

Poco a poco, el Khimki fue cogiéndole el punto al partido. Igualó la intensidad local y aprovechó el ímpetu de Kresmin Loncar para reducir su desventaja. Pero el Valencia, estuvo listo y leyó lo que debía hacer para capear el mal momento. Ante sus muchos problemas para anotar, el equipo de Velimir Perasovic supo bajar el ritmo del choque y alargar los ataques. Su despliegue defensivo le permitió sacar el máximo provecho a los puntos de Sato y minimizar el impacto de la reacción visitante (36-22, m.20).

El paso por los vestuarios no alteró el guión pero permitió al Valencia renovar sus fuerzas y volver a maniatar con su defensa al Khimki. Tres triples seguidos, de Sato, Doellman y Dubljevic, elevaron su ventaja por encima de los veinte puntos. Con la Fonteta puesta pie, Kurtinaitis tuvo que pedir un nuevo tiempo muerto, porque lo que peligraba ya no era sólo el partido sino la eliminatoria (47-25, m.24).

Esta vez, el lituano sí que supo enderezar a su equipo. Le refugió en una laxa zona que, por momentos, nubló la vista del Valencia. Cinco triples casi seguidos, uno de Green, dos de Marko Popovic y otros dos de Vyaltsev, apretaron el marcador, pero Sato y Lafayette respondieron desde la misma línea de 6'75 y el impacto se redujo (55-42, m.30). De hecho, en pocos minutos, como si de un boomerang se tratara, la tormenta de triples se le volvió en contra al Khimki, incapaz de contener al imprevisible Lafayette (69-51, m.36).

En el tramo final el partido se desordenó. A los dos equipos cada vez les costaba más mantener la concentración y se sucedían los ataques con tiros errados en ambas canastas. Al final, el ímpetu de James Augustine permitió a los visitantes reducir algo una desventaja que, aún así, les pasa toda la presión para el choque de vuelta.