Fútbol | Liga de Campeones

El Barça asalta el Etihad Stadium

Los azulgrana meten un pie y medio en los cuartos a costa de un City más defensivo de lo que dijo Pellegrini

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El Barça arrancó este martes un gran resultado del Etihad Stadium, donde fue capaz de derrotar por 0-2 a un Manchester City, que echó de menos a su estrella, Kun Agüero, y que pagó muy caro un penalti cometido por Demichelis en el 55, que transformó Messi y que mandó a la ducha al central argentino. La pena máxima marcó un choque en el que los azulgrana jugaron buena parte de la segunda parte en superioridad numérica y en el que les faltó algo de ambición para haber machacado de manera definitiva la eliminatoria en la ida. Históricamente, al Barça se le atraganta la ida de los octavos, tras el parón invernal, así que lo mejor que le podía pasar fue lo que aconteció en el norte de Inglaterra: dos goles, ninguno encajado y carga de moral ante un equipo, que hoy por hoy tiene más nombre que otra cosa.

El partido se resolvió en la segunda mitad, donde pasaron las cosas importantes. La primera fue como un combate de boxeo disputado a tres asaltos de 15 minutos cada uno. El inicial fue para el Barça. El City arrancó con mucho respeto hacia su rival. Los hombres de Martino presionaron muy arriba, con Piqué y Mascherano tirando del achique de espacios. Buena combinación, intercambio inteligente de posiciones entre Cesc, Iniesta y Messi, aunque sin pegada, con déficit de hombres arriba y falta de velocidad en los últimos metros. Martino salió con todo. Menos Pedro y Neymar, puso a todos los pequeñitos y saltó a campo dispuesto a ganar el partido en la batalla del centro del campo.

Pero al poner a Cesc, Xavi e Iniesta, además de Busquets, juntos, Martino sacrificó un extremo para ganar presencia en el centro del campo, por lo que el ataque se le quedó algo cojo y asimétrico por la izquierda, ya que en ocasiones el 4-3-3 más bien parecía un 4-1-3-2. Pellegrini, con un 4-4-1-1 también quiere que sus equipos mantengan el control de la pelota, así que cuantos más efectivos tuviera el equipo de Tata para la creación, el toque, el dinamismo y el pase, más puntos tenía de que el City sufriera son balón.

El ‘latin City’ (Zabaleta, Demichelis, Navas, Silva y Negredo) se repuso del buen inicio culé en el segundo asalto de un cuarto de hora. Un balonazo pinchado por Negredo y un balón interior entre líneas de Silva metieron el miedo a la zaga azulgrana, que dio un paso atrás. El dominio había sido azulgrana y, sin embargo, la primera ocasión la tuvo Negredo, que parecía una isla desierta en ataque y empezó a hacer daño, sobre todo cuando permutaba la posición y se deshacía de la marca de Piqué. A Silva se le vía muy suelto y Touré comenzó a hacerse dueño del centro campo. El Barça, sin balón, estuvo algo perdido, hizo faltas y dio oxígeno a los ‘citizens’, muy poderosos en el juego aéreo. En el tercer asalto hubo más equilibrio y apenas hubo golpes que llegaran a impactar la cara.

Tras la reanudación, el Barça intentó tener más la pelota. Sin embargo, pegó el gran hachazo en una jugada algo afortunada. Fue un robo donde pudo haber falta de Busquets sobre Navas, que le llegó muy rápido a Messi, que se quedó solo en el uno contra uno con Demichelis. Carrera entre los dos argentinos, que ganó el azulgrana, que fue derribado muy cerca de la raya del área, puede que fuera. Penalti y expulsión. Gol de Messi. Partido nuevo, contra diez y el City tambaleándose.

Después del gol, Pellegrini movió ficha porque su equipo estaba noqueado. Después de una primera parte de intercambio de golpes poco certeros, en la segunda los ganchos ya hacían más daño. El partido se le puso muy de cara a los de Martino, porque el City, con más amor propio que otra cosa, estiró el campo y dejó muchos huecos a los blaugranas, que a través de Xavi, primero, y luego Alves, perdonaron el 0-2. El Barça, en cambio, se dejó llevar. Le agarró una pájara, sufrió pérdidas muy rápidas de balón y de alguna manera daba la sensación de que daba por bueno el resultado. Hasta que en el 89, Neymar y Alves se sacaron una buena combinación de la manga, que culminó el lateral de manera magistral. El equipo culé no merecía tanto premio, pero se llevó el gordo.