Sochi 2014

Ferran Terra, un esquiador a la italiana

El catalán entrenó con el equipo transalpino y aspira a seguir los pasos de Miller o Svindal

MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando Blanca Fernández Ochoa logró un bronce en los Juegos de Invierno Ferran Terra apenas contaba con cuatro años. Por eso, el catalán que en 2014 encadena dos presencias olímpicas debió buscarse ídolos del esquí fuera de las fronteras. «Lo mejor es la velocidad en el esquí alpino. Ahí están los mejores del mundo: Aksel Lund Svindal, Bode Miller y esta gente que siempre está ganando», señala como sus referentes. Así, el atleta se ha tenido que fijar en el estilo y la técnica de los foráneos para mejorar sus propias condiciones.

Por fortuna para el deportista nacido en Mataró, ha podido compartir con otros esquiadores algo más que consejos y observaciones. Forma parte del equipo Head Team Rebels y emplear los mismos esquís y botas que el veterano Miller (con un bronce en el supergigante de Sochi que sumó a su extenso palmarés) y que el admirado Svindal, el noruego que en Rusia alegó un problema de alergias después que en contra de los pronósticos no subiera al podio en ninguna de las pruebas.

«El objetivo es estar cada vez más cerca de ellos», asegura Terra. No obstante, el catalán se encuentra más próximo a sus referentes de lo que indica la clasificación. De hecho, su proximidad ha sido incluso física porque ha entrenado con el equipo italiano en los últimos tiempos debido a los recortes de la Federación Española de Deportes de Invierno. Otra cultura de la nieve. Otra fuente de la que beber para mejorar, porque los transalpinos cuentan con la estela del cuatro veces campeón del mundo Gustavo Thoeni, de las medallistas Compagnoni y Kostner, del legendario Alberto Tomba o del reciente triunfador en slalom Giorgo Rocca en los Juegos de Turín (2006). Ante semejante panorama, Terra acompañó a la élite del país con los Alpes como frontera norte y se colocó donde sueñan muchos de los dos millones de esquiadores federados de 'la bota'. La experiencia le ha servido para trasladar sus consejos al resto de la delegación española y convertirse en un pequeño profesor a la italiana. «Lo que más me gusta es la velocidad, la adrenalina, los saltos, la tensión de ir bajando a 140 km/h por una pista. Es lo bonito y lo entretenido», repasa.

Debido a la peculiar coyuntura, puede que se cumplan los deseos de su padre, quien le presionó para mudarse a Andorra porque pensaba que el joven Ferran no se concentraba ni en los estudios ni el esquí. Le quería ver centrado a pesar de que fueron sus progenitores, ambos miembros del equipo nacional, quienes le transmitireron su pasión. «De pequeño no andaba y ya esquiaba», explica el de Mataró sobre los paseos en portabebés a las espaldas de sus padres.

Actualmente Terra se dedica al esquí profesional y cuenta con la experiencia de ser uno de los escasos referentes españoles, aunque su principal estímulo sigue siendo participar en el evento estrella. «Llegas una olimpiada, haces un buen resultado y te llena las pilas para seguir en un deporte que es duro y es complicado», explica. En Vancouver su mejor resultado fue el puesto 27 en el supergigante, pero en Sochi se ha clasificado en el puesto 34º en descenso y en el 26º en supercombinada, aunque en el supergigante se saltó una puerta en los metros finales y fue descalificado. Su última oportunidad de acercarse a sus ídolos en Rusia será el slalom este miércoles. «Mis primeros Juegos fueron una experiencia para ver lo que era una olimpiada. En estas segundas quiero dar lo mejor de mí, estar con los de delante y ¿por qué no hacer una buena sorpresa con un buen resultado?», afirmó justo antes de salir hacia Sochi. No es un especialista en el gigante, pero al menos confía en despedirse con un bonito 'arrivederci'.