El PSC, al borde de la división por la consulta

El Partit dels Socialistes de Catalunya atraviesa las horas más delicadas de sus más de 35 años de vida. El alcalde de Lérida, Ángel Ros, anunciará esta tarde que abandona su escaño en el Parlamento catalán por discrepancias con la dirección del PSC. El enfrentamiento se produce por la votación que tendrá lugar mañana en la Cámara catalana, donde CiU, ERC e ICV defenderán una iniciativa para llevar al Congreso la petición del traspaso a Cataluña de la competencia de celebrar referendos.

El PSC, ta y como decidió su consejo nacional hace dos meses, votará en contra de la resolución que impulsan los partidos soberanistas, pero el sector crítico del PSC no está dispuesto a rechazar la iniciativa y se niega a votar no. Ros, adscrito al sector más catalanista del partido, que está muy próximo a los postulados nacionalistas, se niega a acatar la decisión del partido y antes de que la formación le expulse al grupo mixto prefiere cesar como diputado.

Hay otros tres diputados socialistas (sobre un total de 20), Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Nuria Ventura, todos ellos del ala soberanista, que también prevén romper la disciplina de voto y abstenerse en la votación de mañana. Estos mismos parlamentarios ya se saltaron las órdenes del partido hace un año y se negaron a votar en contra de una resolución soberanista que aprobó el Parlament. En aquella ocasión, Rocío Martínez-Sampere también formó parte del grupo de díscolos, que fueron multados por el partido.