Varios jugadoras de la 'Girls Football Academy' posan antes de un partido.
Fútbol

Las jugadoras de fútbol sala derriban tabús para imponer este deporte en el Líbano

Las mujeres aumentan el número de modalidades deportivas en el país de Oriente Próximo

BEIRUT (LÍBANO) Actualizado: Guardar
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Aya Chiry, capitana del equipo femenino de fútbol sala del Líbano, bautizado como "Academia de Estrellas del Deporte", tuvo que enfrentarse a su familia y a su entorno para poder practicar este deporte. "Al principio, mi familia estaba en contra. Me decían que el fútbol o el fútbol sala no eran deportes para mujeres. Tuve que imponerme pero, al final, ya me ven: estoy jugando", afirmó la mujer de 27 años.

Junto a otras ocho escuadras arrancó este domingo el primer campeonato de fútbol sala femenino del Líbano. Nacido en Uruguay a principios de los años 30, este deporte, derivado del fútbol pero con reglas propias, se juega en sala y cada equipo está formado por un arquero y cuatro jugadores de campo.

Aya Chiry, que vive en Beirut y trabaja en una compañía de cosméticos mientras prepara un máster en márketing, consiguió convencer a sus padres "siendo muy seria en los estudios para demostrarles que este deporte me hacía realmente feliz", confesó. La consagración llegó este año con el reconocimiento de la liga por parte de la FIFA y de la Federación Libanesa de Fútbol. "Hace cinco años que juego y he participado en partidos en España, Italia y Jordania pero estoy orgullosa de que se nos haya reconocido en el Líbano ", dijo con una amplia sonrisa en su boca.

Como Chiry, otras jugadoras conocieron momentos de desaliento a causa del escepticismo de sus familias, que veían con malos ojos la práctica de este deporte.

Aya al-Khatib, una mujer palestina de 20 años originaria de Jericó, aterrizó en el Líbano para formar parte del equipo. "Juego al fútbol y al fútbol sala desde los 11 años. Forma parte de mi vida", apuntó esta estudiante de educación física de pelo corto y una mecha rubia platino.

Para ella, el deporte es mucho más que una simple actividad física: "Es lo único que nos une. Pueblos enteros que han sufrido en el pasado lograron superar sus traumas gracias al deporte", aseguró esta mujer que actúa como mediocampista. "El simple hecho de dar la mano al contrincante al principio de cada encuentro es una forma de contribuir a la paz, y es exactamente lo que necesita esta región", subrayó.

Para las otras libanesas del equipo, el juego ofrece la posibilidad de olvidar los problemas religiosos y las barreras políticas que atenazan a este pequeño país. "Hemos venido de todo el Líbano y pertenecemos a todas las religiones pero esto no importa. Formamos un equipo", aseveró Rania Chehayeb, originaria de la montaña de Aley, y que se siente apoyada por su marido.

El equipo nacional de fútbol ya gozaba del reconocimiento oficial y ahora serán sus 'hermanas' del fútbol sala las que puedan disfrutar cada semana de un campeonato doméstico.

Otros países árabes como Jordania o Palestina ya cuentan con ligas femeninas de fútbol sala, explicó el seleccionador de la 'Academia de Estrellas', Wael Gharzeddine, de 35 años. "Hay una liga femenina de fútbol en el Líbano desde hace siete años. Ahora tenemos nuestra liga de fútbol sala, y todo ello va a ayudar a que la gente admita que el del balón es también un deporte para mujeres", contó.

"La sociedad estaba acostumbrada a ver el fútbol o el fútbol sala como deportes para hombres ya que son deportes de contacto pero ahora hay cada vez más mujeres que lo practican", añadió mientras observa el desarrollo de sus jugadoras sobre el campo. "Estamos en el siglo XXI. Las cosas han cambiado. Las mujeres ejercen ahora profesiones que antes estaban reservadas únicamente para los hombres y viceversa", señaló.

La guardameta de 27 años Nathalie Jilinguirian, de origen armenio, espera que más niñas puedan empezar a jugar a partir de ahora. "Vamos a seguir creciendo, tendremos hijos y no podremos dedicarle el mismo tiempo que ahora", advirtió a la vez que blocaba los disparos de sus compañeras. "Queremos que las más jóvenes se nos unan y me encantaría poder entrenarlas un día", aseguró esta kinesioterapeuta. "Deseamos ver cómo evoluciona toda una nueva generación sobre el terreno de juego", reconoció antes de lanzarse a por el esférico.