Vista de una de las salas de la exposición del Reina Sofía.
ARTE

El arte como teatro de la vida de 'los otros'

El Reina Sofía reúne 275 obras que funcionan como espejos de la construcción biográfica y emocional de sus creadores

MADRID Actualizado: Guardar
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De romanticismo hasta hoy los artistas plásticos se recrean en su obra en el sentido literal de la palabra. Emulando el 'Yo soy otro' de Rimbaud, y el 'Yo soy el otro' de Nerval, los creadores hacen que su 'otro' trace su correlato vital en sus obras, que son el teatro de sus vidas. Ese territorio plástico que constituyó para Edward Munch "el drama de la vida" y que en infinidad de obras opera como una suerte de espejo que refleja o encierra de formas muy diversas los miedos, angustias, inseguridades y anhelos que configuran el 'otro yo' de su creadores.

Esa una de las ideas centrales de la muestra 'Formas biográficas. Construcción y mitología individual' que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ofrece hasta la próxima primavera. Comisariada por Jean-François Chevrier, reúne 275 piezas que recorren casi dos siglos mediante obras de creadores muy dispares que encerraron mitologías y biografías en sus obras, de escritores como Gérard de Nerval y Franza Kafka a pintores y escultores como Rothko, Klee, o Giacometti.

La muestra reúne pinturas esculturas instalaciones fotografías, filmaciones, ediciones y material documental muy diverso a través de los cuales se evidencia como los creadores plásticos, a semejanza de los escritores, se afanaron en la aventura de transformar la idea del relato biográfico. Algo que, a juicio del comisario, implica "una concatenación ordenada de hechos para superar las convenciones de la técnica biográfica al elaborar libremente ciertos elementos de su propia trayectoria vital".

Buena parte de las casi 300 especulares obras expuestas no se han visto antes en España. Las firman creadores de la talla de Edvard Munch, Mark Rothko, Paul Klee, André Breton, Gerhard Richter, Alberto Giacometti, Martin Kippenberger, Maruja Mallo, Pepe Espaliú, Brassaï, Lygia Clark, Michelangelo Pistoletto o Dorothea Tanning. Todo un caleidoscopio plástico cuyo denominador común de es la exploración del artista en sí mismo a través de esa 'otredad' que anticiparon en la poesía y literatura Arthur Rimbaud -"Yo soy otro"- y Gérard de Nerval - "Yo soy el otro"-.

Relato

A través de sus piezas, la muestra propone superar la convención que tiende a explicar la obra de arte a partir de la biografía del artista, haciendo de la historia personal el elemento central de un cierto "biografismo". El enfoque de esta exigente exposición "de tesis", que no será de masas, explora el arte como relato y escenario vital, analizando cómo los artistas, a partir de su obra "crean su pasado y una historia propia que es, en todo caso, una construcción".

Eludiendo "la hagiografía como biografía", la muestra indaga las variadas estrategias y formulaciones de artistas muy dispares para perfilar su identidad y su biografía personal. Discurre, según el comisario, sobre dos líneas: la mitología individual, "que surge cuando el creador conforma su propia historia, su biografía a medida y crea su personaje", y la construcción, "consistente en buscar los elementos básicos y esenciales de la obra de arte con el fin de articular la biografía del artista". Si en el primer caso "se parte de la biografía para acercarse a la obra de arte" en el segundo, "partimos de la obra de arte para aproximarse a la biografía"

"Es una visión alternativa del arte moderno de los siglos XIX y siglo XX" resumen Jean-François Chevrier, que cuenta la nueva historia "a través de piezas de grandes creadores que cimentan su auténtica personalidad mientras trabajan en sus obras". "Las biografías se construyen en el espacio y esta selección trabaja sobre la influencia del territorio y la exploración de todos los rincones", apunta Chevrier.

Justifica así su indagación en la transformación de miedos, angustias, carencias y creencias de grandes creadores como Edvard Munch, Paul Klee, Mark Rothko o Alberto Giacometti "que no retratan la experiencia vivida del autor, sino que la construyen transformando su experiencia y la del espectador".

Los hilos conductores

Dos de los hilos conductores de la exposición están en la obra de Gérard de Nerval y Franz Kafka. La obra del francés "inspiró el ideal de la mitología individual, un concepto que surge cuando el creador conforma su propio lenguaje y reinventa su historia" mientras que la del checo, pioneroen la indagación autobiográfica, "inspiró los espectros de Munch, quien a través de escenas teatrales define el drama como la pieza esencial de la vida".

"Toda biografía es una geografía" es otra idea que atraviesa la exposición y que sirve al comisario, para justificar la vasta oferta de la muestra que repara en cuerpos, habitaciones, domicilios, ciudades y lugares reales o imaginarios "como territorios extremos, vertebradores de la personalidad y la biografía de artistas con obras de estética muy variada". Un viaje que arranca en París, en la mitología de romanticismo, y concluye en la actualidad, en Europa del Este, India o Palestina, con obras de creadores contemporáneos como Jeff Wall, Henrik Olesen o la palestina Ahlam Shibli que muestra 13 fotografías de la serie 'Muerte' sobre las duras condiciones de vida en los territorios ocupados.