lucha antiterrorista

Quedan en libertad dos etarras tras cumplir más de veinte años de cárcel

Josu Ciganda fue condenado por varios atentados que costaron la vida a nueve personas mientras que Carlos Apezteguia fue condenado a 40 años

BILBAO Actualizado: Guardar
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El que fuera miembro del "comando Eibar" Josu Ciganda Sarratea y el ex miembro de una célula de extorsión de ETA Carlos Apezteguia Jaca fueron puestos ayer en libertad tras cumplir 24 y 22 años de cárcel, respectivamente. El 16 de mayo quedó en libertad Paul Asensio Millán, condenado en el sumario 18/98.

Ciganda Sarratea (San Sebastián, 1960) fue detenido por la Guardia Civil el 16 de abril de 1989 cuando formaba parte del "comando Eibar" de la organización terrorista. La Audiencia Nacional le condenó, en trece sumarios diferentes, por numerosos atentados que costaron la vida a nueve personas y en los que resultaron heridas otras 38 personas.

Los asesinatos por los que fue sentenciado son los del sargento de la Guardia Civil José Gómez Solís y los agentes de este mismo cuerpo Federico Carro Jiménez y Manuel Avila García, los camareros José Ignacio Aguirrezabalaga y Engraciano Rodríguez, el policía nacional José Barrado Recio, los industriales Patxi Zabaleta y Sebastián Aizpiri y el ertzaina Juan José Pacheco Cano.

Carlos Apezteguia Jaca (Pamplona, 1964) , por su parte, fue militante de Jarrai y de LAB hasta su detención por la Ertzaintza el 3 de febrero de 1992 cuando formaba parte de un comando de ETA dedicado a la extorsión de los empresarios. La policía vasca lo filmó recogiendo el dinero obtenido de diversos industriales extorsionados por la banda terrorista.

La Audiencia Nacional le condenó en un sumario a 40 años y seis meses de prisión y a otros seis años en otro sumario por reclamar al empresario navarro secuestrado Adolfo Villoslada el pago de una cantidad en concepto de rescate. Paul Asensio, natural de Getxo, fue detenido por la Policía Nacional en el año 2000 dentro de una operación contra Ekin. La Audiencia Nacional le impuso una condena de once años, pero el Tribunal Supremo rebajó la pena a siete años y seis meses de cárcel.