Messi no se perderá las semifinales

Para unos fue la evidencia de la decadencia de un equipo que en 2013 se ha abrazado peligrosamente a la irregularidad, incluso a la mediocridad, y que si conquista la Liga solo será por la ventaja que cobró en los últimos meses de 2012, pero que en Europa lo tiene crudo. Otros, en cambio, valoraron la transformación de un conjunto demasiado académico y amanerado en una escuadra capaz de sufrir y de sacar adelante un partido en el que estaba siendo claramente inferior al PSG. Los primeros criticaron la 'Messidependencia' como algo maligno que acabará pasando factura; los segundos celebraron que siempre se pueda recurrir a Leo para volver a sonreir. Es el Barça, que nunca deja indiferente a nadie, y son las secuelas de una clasificación tan milagrosa como histórica para las semifinales de la Liga de campeones.

Nadie antes llegó a la penúltima ronda en seis ediciones consecutivas. La 'era Tito Vilanova' se estrena, como antes hizo Pep Guardiola en cuatro campañas seguidas tomando el relevo del último año de Frank Rijkaard (2007-08). Pero no se puede ocultar que el Barça fue una sombra de su leyenda en la vuelta de los cuartos de final disputada en el Camp Nou. Víctor Valdés fue el héroe inicial retrasando con sus paradas que el PSG, tocando desde atrás como se le supone al Barça y llegando con potencia al área, tomara ventaja. Y cuando Pastore hizo justicia con su gol a lo que estaba sucediendo, aconteció el milagro. Apareció Messi en el minuto 61 para intimidar al equipo francés con su presencia y, lesionado, sin apenas esprintar, solo combinando, apenas atreviéndose a hacer un par de cambios de ritmo, inició con un desborde vertical la jugada del empate que Villa cedió a Pedro, azote de Francia con el Barça y la selección. Y los últimos minutos, sí, fueron alucinantes, pocas veces vistos y vividos en el Camp Nou, con los aficionados coreando los despejes a la luna de una defensa azulgrana que achicaba agua como podía para mantener el 1-1.

Y tras la clasificación, la euforia. No hubo brillo, en absoluto, pero este equipo majestuoso, incluso en el último lustro exitoso, casi siempre ha perdido los encuentros en los que todo se ponía en contra: lesiones (Puyol, Mascherano, Messi, Adriano.), el arbitraje de la ida (gol en fuera de juego de Ibrahimovic), un rival multimillonario en crecimiento y con un gran futuro por delante. El miércoles cambió algo. ¿Suerte? ¿Saber competir por fin contra la negatividad? En semifinales se conocerán las respuestas.

El milagro, además, fue doble. Y no se trata de recordar que el Barça ya estuvo eliminado durante muchos minutos en octavos de final contra el Milan. Aquello se corrigió con un partidazo sobresaliente para remontar el 2-0 de la ida en San Siro. El segundo milagro fue el parte médico facilitado por el club culé doce horas después de que Messi acabara su media hora al límite ante el PSG. Todo el mundo se temía una recaída, pues se le vio tocándose el muslo derecho, andar cuando el balón estaba cerca, casi cojear. Las pruebas médicas realizadas no detectaron ninguna anomalía en las evolución de sus molestias en el bíceps femoral de la pierna derecha. Ni recaída, ni empeoramiento. Tampoco tiene el alta. Simplemente seguirá el tratamiento de fisioterapia. Pero ahora ya sin prisas. Será baja el domingo en Zaragoza. El objetivo es que esté recuperado para la semifinal de dentro de dos semanas. ¿Contra quién?

Eso se sabrá este mediodía a las 12 horas. El sorteo puro tendrá lugar en la sede de la UEFA en Nyon (Suiza). En el bombo, mejor dicho, en las copas que algunos ponen bajo sospecha por aquello de las 'bolas calientes', solo estarán representados dos campeonatos. La Bundesliga alemana, gracias al Bayern y al Borussia Dortmund, y la Liga española, con Barça y Real Madrid. Con la excepción del equipo que eliminó al Málaga de forma injusta , ilegal y cruel, el Dortmund, que busca reverdecer laureles, los otros tres son habituales de las semifinales: el Barcelona lleva seis seguidas, el Madrid encadena tres con Mourinho y el Bayern ha disputado tres de las últimas cuatro.

El morbo de otro cruce entre blancos y azulgranas, como en las semifinales de 2011 que superó el conjunto catalán, vuelve a irrumpir en la vida de los amantes del fútbol. Aunque la escuadra merengue parece llegar más fuerte y con menos lesiones a este tramo de la temporada, pese a que le ha tomado la medida a su eterno rival en los últimos pulsos de Liga y Copa, cuesta creer que quiere como rival al Barça. El problema es que el Bayern es su bestia negra (le eliminó en la última semifinal) y que el Dortmund le superó en la fase de grupos, aunque fue cuando el Madrid inició el curso renqueante. Y Vilanova, evidentemente, no quiere afrontar otros dos pulsos de tensión 'mourinhista' y casi aceptaría mejor al Dortmund o incluso al Bayern, que podría plantear un partido más abierto, aunque su potencial preGuardiola es una amenaza brutal. Ya ha ganado la Bundesliga y ha eliminado a la Juventus con un 4-0 en el global.

Los dos partidos de ida de las semifinales se disputarán el 23 y el 24 de abril, mientras que los de vuelta se jugarán el 30 de abril y el 1 de mayo. La final está prevista para el sábado 25 de mayo en Wembley. Ruud van Nistelrooy, por cierto, será la mano inocente.

Más bajas en el Bayern y en el Barça

El Barça espera recuperar a Messi para semifinales, pero no podrá contar con el sancionado Adriano ni con los lesionados Mascherano y Puyol, salvo sorpresa milagrosa en el caso del capitán. Los problemas se acumulan en el centro de la zaga, donde Piqué será el fijo, con opciones para el canterano Bartra, que jugó minutos de calidad ante el PSG, y con la posibilidad de reciclar en centrales a Busquets o Song. En el Madrid está sancionado Arbeloa, castigo que coincide con la duda de Essien, su alternativa en un lateral. Pero no parece un grave contratiempo. Más preocupante es lo del Bayern, que perderá por sanción al delantero croata Mandzukic y por lesión al centrocampista Toni Kroos y al central Badstuber. Jupp Heynckes, eso sí, tiene un enorme fondo de armario con delanteros como Mario Gómez y Pizarro para suplir a su goleador. El Dortmund también tiene sancionado al lateral Schmelzer, un mal menor para un equipo que pudo perder a varios jugadores si el árbitro contra el Málaga hubiese sido más severo en los últimos minutos.