FÚTBOL

Un Madrid sin esencia

El equipo blanco presentó por primera vez en la Liga de Campeones un once titular con solo un español

MADRID Actualizado: Guardar
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El Real Madrid alcanzó el martes su tercera semifinal consecutiva en la Liga de Campeones pero se dejó por el camino parte de la esencia que le convirtió en el mejor club del siglo XX. El once inicial que presentó José Mourinho en el Türk Telekom Arena en el partido de vuelta de los cuartos de final de la ‘Champions’ solo contaba con un jugador español, un hecho insólito que sucede por primera vez en la historia de la entidad de Chamartín.

El portero Diego López fue el único representante patrio de un club que abre su himno con un significativo «De las glorias deportivas que campean por España, va el Madrid con su bandera limpia y blanca que no empaña». El Real Madrid, otrora empleado como emblema de la calidad del fútbol español, cuando sus triunfos en Europa destacaban muy por encima de los logros de la selección y del resto de equipos de la Liga, es ahora un producto más sometido a la globalización de un deporte que no entiende de fronteras y sin límite alguno (salvo el económico) para fichar a futbolistas de cualquier nacionalidad.

En Turquía, además del guardameta gallego, saltaron al terreno de juego para iniciar el partido tres portugueses ( Pepe, Coentrao y Cristiano), dos argentinos (Di María e Higuaín), dos alemanes (Khedira y Özil), un francés (Varane), un ghanés (Essien) y un croata (Modric). Ya en los cambios, el técnico sí que apostó por Arbeloa y Albiol, además de Benzema.

Es cierto que, en condiciones normales, Xabi Alonso y Sergio Ramos (sancionados tras forzar la tarjeta amarilla en la ida) son fijos en los esquemas de su jefe, pero lo que es sorprendente es que ninguno de los cinco campeones del mundo con los que cuenta ‘Mou’ fuera titular.

Al técnico luso ya se le acusó de utilizar a escasos jugadores ingleses en su etapa en el Chelsea, del mismo modo que a Florentino Pérez se le culpó en su primera etapa como presidente de no cumplir con su lema de ‘zidanes y pavones’, de mezclar estrellas y canteranos. En la etapa de los ‘galácticos’ llegaron Figo, Zidane, Owen y Beckham, y una larga lista de jugadores que no se calaron en la afición. Por Chamartín desfilaron Gravesen, Samuel, Woodgate, Diogo o Pablo García, pero solo Munitis y Sergio Ramos merecieron que el máximo dirigente blanco sacara la chequera. El extremo cántabro y el defensa andaluz fueron la única apuesta por el producto nacional de Florentino en esos primeros seis años.

En 2009 regresó dispuesto a ‘españolizar’ el equipo y a potenciar la cantera, sabedor de que parte de su fracaso pasado se produjo por la falta de elementos de unión dentro de la plantilla y de elementos arraigados y comprometidos con la entidad que transmitieran los tan manidos valores defendidos por el club blanco a los recién llegados. Pero los hechos -los multimillonarios fichajes de Cristiano Ronaldo y Kaka- no se correspondieron con el mensaje. Pese a todo, regresaron al Bernabéu Callejón, Granero y Arbeloa y se fichó a Albiol, Canales, Pedro León o Xabi Alonso. Solo los dos exjugadores del Liverpool han tenido continuidad y los que aún permanecen en la plantilla apenas sirven de complemento a los que llegan de fuera.

Y mientras, Iker Casillas, el ‘símbolo’ y arquetipo empleado por el que Emilio Butragueño definió como «un ser superior», se pierde en la oscuridad del banquillo blanco pese a entrenar «muy bien».