EXPOSICIÓN

García-Alix, ante el espejo

El fotógrafo leonés reúne en la sala Virreina de Barcelona 70 obras que recorren su evolución artística

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Fotógrafo de la Movida madrileña, sus instantáneas de Pedro Almodóvar, Favio McNamara, Rossy de Palma, Johnny Thunders o Camarón de la Isla forman parte de lo mejor de la fotografía española de finales del siglo XX. Su obra, sobre todo sus retratos, ha sido publicada en algunas de las revistas más importantes del mundo, como Vogue, British Journal of Photography o Vanity Fair, y fue Premio Nacional de Fotografía en 1999. Ahora, la Virreina Centro de la Imagen de Barcelona dedica una gran exposición monográfica a Alberto García-Alix (León, 1956), uno de los intérpretes más importantes de la fotografía internacional contemporánea. La muestra reúne casi setenta obras, entre fotografías y vídeos, que permiten seguir la evolución de la lectura del concepto de autorretrato que García-Alix realiza a lo largo de sus más de treinta años de carrera.

Aunque reconoce que no se hace muchos autorretratos y que los que hace son pequeños ejercicios que se permite de vez en cuando, la exposición, según señala su comisario, Nicolás Combarro, pretende acercarnos a la «comprensión» de una parte clave de su obra, marcada por el carácter autobiográfico y por el esfuerzo constante de mirarse, de encontrarse consigo mismo a través del ejercicio fotográfico. Y lo hace, como es característico en el leonés, a través del blanco y negro.

La muestra, añade su comisario, recorre la trayectoria del artista desde los primeros autorretratos realizados a finales de los años setenta a las fotografías de fragmentos de su cuerpo que responden a diferentes necesidades del fotógrafo a la hora de contarnos su particular descomposición del autorretrato; de la serie de los que podríamos denominar genéricamente como «paisajes íntimos», lugares que forman parte de las vivencias del artista y sobre los que siente la urgencia de proyectarse, a sus trabajos en vídeo (’Tres vídeos tristes’, ‘De donde no se vuelve’). Entre las fotos, destacan ‘El lugar de mi confesión’, donde aparece fotografiado un solar tapiado, con un árbol y una pared en blanco; ‘Un instante de eterno silencio’, donde surge el autor con los ojos cerrados y en paz consigo mismo; ‘Mi lado femenino’, el autor con los puños cerrados, enseñando sus tatuajes y parte de su pecho; ‘Con la mano herida’, autorretrato que muestra la muñeca del autor vendada; o ‘Una pequeña historia de amor’, tan pequeña que entra en un condón cerrado y usado, sujetado por el brazo del fotógrafo.

La entrada es libre en el centro cultural barcelonés y la muestra está abierta al público hasta el 5 de mayo.